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ESQUEMA
BIOGEOGRÁFICO
DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Esquema biogeográfico
de la República Argentina
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Opera Lilloana 56
Esquema biogeográfico
de la República Argentina
1. Orientación Plantas Vasculares, Departamento de Ciencias Naturales, Facultad de Ciencias Exactas, Físico-
Químicas y Naturales, Instituto ICBIA (UNRC-CONICET), Universidad Nacional de Río Cuarto, Ruta 36 km 601,
(X5804ZAB) Río Cuarto, Córdoba, Argentina.
2. Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida (CERZOS-CONICET, UNS), Camino La
Carrindanga Km. 7, (8000) Bahía Blanca, Buenos Aires, Argentina.
3. Fundación Hongos de Argentina para la Sustentabilidad, Molinari 1657, (9200) Esquel, Chubut, Argentina.
4. Laboratorio de Sistemática y Biología Evolutiva (LASBE), Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Universidad
Nacional de La Plata – Unidades de Investigación Anexo Museo, Facultad de Ciencias Naturales y Museo, Avda.
122 y 60, (1900) La Plata, Argentina.
5. Museo de Zoología “Alfonso L. Herrera”, Departamento de Biología Evolutiva, Facultad de Ciencias,
Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), (04510) Ciudad de México, México.
6. UICN-SCC Temperate South American Plants Specialist Group.
7. Fundación Conservación y Desarrollo (ConyDes), Río Cuarto, Córdoba, Argentina.
8. Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), Argentina.
* Autor corresponsal: marana@exa.unrc.edu.ar
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Opera lilloana
Serie monográfica de la Fundación Miguel Lillo que incluye temas de botánica, zoología y geología en trabajos de
investigación original.
ISSN 950-668-010-8
Fundación Miguel Lillo, Miguel Lillo 251, (4000) San Miguel de Tucumán, Argentina.
Telefax +54 381 433 0868
www.lillo.org.ar
Editor gráfico:
Gustavo Sánchez (Fundación Miguel Lillo, Tucumán, Argentina).
Editor web:
Andrés Ortiz (Fundación Miguel Lillo, Tucumán, Argentina).
Ref. bibliográfica:
Arana, M. D.; Natale, E.; Ferretti, N.; Romano, G.; Oggero, A.; Martínez, G.; Posadas, P.; Morrone, J. J. 2021. «Esquema
biogeográfico de la República Argentina». Opera lilloana 56, Fundación Miguel Lillo, Tucumán, Argentina.
ISBN 978-950-668-039-8
Imagen de tapa:
Se ilustran cuatro ambientes representativos de Argentina. Arriba a la izquierda: provincia Chaqueña, Parque provincial
Chancaní, Córdoba (fotografía: Marcelo Arana); arriba a la derecha: provincia Esteros del Iberá, Colonia Pellegrini,
Corrientes (fotografía: Marcelo Arana); abajo a la derecha: provincia Patagónica, Parque Nacional Laguna Blanca,
Neuquén (fotografía: gentileza Daniel Testoni); abajo a la izquierda: transición entre provincia Patagónica y Bosque
Valdiviano, Lago Belgrano, Parque Nacional Perito Moreno, Santa Cruz (fotografía: gentileza Daniel Testoni).
CONTENIDO
Resumen . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Abstract . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15
Agradecimientos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17
Dedicatoria . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 18
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19
Biogeografía evolutiva . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 21
Conceptos fundamentales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Análisis de trazos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 23
Áreas de endemismo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 24
Biogeografía cladística . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 25
Atras biogeográfico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Modelos de distribución de especies . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Biogeografía y conservación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 27
RESUMEN
Palabras clave
Biogeografía; Provincias; Región Andina; Región Neotropical; Regionalización;
Zona de Transición Sudamericana.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 15
ABSTRACT
Andean province three districts are identified: Diaguita nom. nov., Cuyan ubic.
nov. and Huarpe nom. nov. The Monte province includes four districts: Prepuna,
Northern, Eremean and Southern. In the Patagonian province we recognize five
subprovinces: Central Patagonian (Chubut and Santa Cruz districts), Fuegian, Payu-
nia (Northern and Southern Payunia districts), Subandean (Meridional Subandean
Patagonia, Austral High Andean, and Septentrional Subandean Patagonia districts)
and Western Patagonian. In the Argentinean sector of the Maule province is present
the Pehuén district. The Valdivian Forest province is represented by the Valdivian
district. The Falkland Islands province has two districts: Falkland Islands and
South Georgia Islands.
Keywords
Andean region; Biogeography; Neotropical region; Provinces; Regionalization;
South American Transition Zone.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 17
AGRADECIMIENTOS
DEDICATORIA
Eduardo Rapoport conversando con Juan J. Morrone, Bariloche, 2016. Fotografía: gentileza
Adriana Ruggiero.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 19
INTRODUCCIÓN
entre los organismos y el medio que los rodea, por lo que es preciso analizar biotas
y no tanto a taxones individuales. Esta evolución geológica y biológica conjunta se
manifiesta en la existencia de biotas endémicas, que estarían indicando el efecto de
barreras geográficas o ecológicas. De esta forma, la biodiversidad de cualquier lugar
del planeta se constituye en la propiedad emergente de las interrelaciones evolutivas
de todos los componentes de esa área, a través del tiempo. Mientras que los factores
ambientales son favorables, los organismos amplían su área de distribución a través
de sus diferentes medios de movilidad, ocupando todo el espacio ecológico disponi-
ble, de acuerdo a la aptitud de hábitat (dispersión). Una vez que estas áreas han sido
ocupadas y la distribución espacial se ha estabilizado, las poblaciones se encuentran
propensas al aislamiento geográfico debido al surgimiento de barreras geobióticas y/o
climáticas (vicarianza), que impiden o limitan su intercambio genético, favoreciendo
el proceso de especiación y diferenciación de linajes (Morrone, 2007).
A partir de la aplicación del concepto de evolución geobiótica, la biogeografía
es capaz de proporcionar un sistema jerárquico de regionalización para las áreas
del planeta. Al igual que en las clasificaciones taxonómicas de los organismos, en
donde se pretende establecer grupos naturales de especies que poseen relaciones de
parentesco estrechas, el patrón espacial de distribución congruente entre dos o más
especies es utilizado como la homología espacial que permite identificar la evolución
geobiótica común y realizar una clasificación natural de las áreas de endemismo
(Morrone, 2001d). En biogeografía, la homología espacial involucra la distribución
congruente de dos o más taxones como resultado de una misma historia, y, por lo
tanto, de un origen evolutivo común (Ebach & Parenti, 2015; Martínez et al., 2017;
Morrone, 2017, 2018a).
La biogeografía evolutiva aplica el concepto de homología espacial, permitiendo
reconocer áreas de endemismo y trazos generalizados, que representan biotas que
han coevolucionado, y establecer sus relaciones biogeográficas evolutivas con otras
áreas, proveyendo la información necesaria para elaborar un sistema jerárquico de
regionalización natural (Morrone, 2009, 2018a). Este enfoque permite también la
identificación de nodos panbiogeográficos, que son considerados como zonas de
convergencia geobiótica o de transición, donde confluyen biotas con orígenes evo-
lutivos diferentes y que constituyen sitios de importancia estratégica para la con-
servación debido a su diversidad filogenética y potencial evolutivo (Miguel-Talonia
& Escalante, 2013).
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 21
BIOGEOGRAFÍA EVOLUTIVA
CONCEPTOS FUNDAMENTALES
Análisis de trazos
La panbiogeografía fue propuesta por Léon Croizat (1958, 1964, 1976), quien asumió
la existencia de dos procesos o etapas en la historia de cualquier área, que se suceden
periódicamente: la dispersión y la vicarianza. En la primera, las biotas expanden su
área de distribución debido a la ausencia de barreras (climáticas, geográficas, etc.).
En la segunda, las áreas de distribución de las biotas son limitadas por tales barre-
ras infranqueables, lo que puede llevarlas a sufrir fragmentación (Morrone, 2015a).
Este proceso permite explicar por qué existen especies con diferentes capacidades
de dispersión y valencias ecológicas confinadas en las mismas áreas biogeográficas.
La idea central de la panbiogeografía es que el espacio que ocupa una especie es un
atributo que también le da identidad como tal (Morrone, 2001d, 2004c).
En el caso particular de las distribuciones disyuntas, esto es taxones distribuidos
en dos o más sitios separados geográficamente por una distancia mayor de la que
pueden atravesar por sus propios medios, los científicos predarwinianos postularon
la existencia de “centros de creación múltiple” (Morrone, 2015a). Darwin (1859) y
Wallace (1876) interpretaron estos patrones de distribución disyuntos como resul-
tado de la evolución de especies preexistentes, que azarosamente cruzaron barreras
para ocupar nuevos territorios, a los que se adaptaron y allí evolucionaron en nuevas
especies. Este enfoque es conocido como modelo del Centro de Origen-Dispersión-
Adaptación o CODA (Lomolino & Brown, 2009; Heads, 2014). Croizat (1958) ana-
lizó la distribución geográfica de distintos taxones, hallando que existían patrones
de distribución concordantes entre organismos radicalmente distintos, como aves
e insectos sin alas, conectando áreas distantes, y concluyó que era innecesario pos-
tular eventos de dispersión a grandes distancias para cada taxón, y que el proceso
fundamental causante de los patrones observados es la vicarianza (Escalante et al.,
2016).
Los análisis de trazos se basan en tres conceptos centrales: trazos individuales,
trazos generalizados y nodos (Morrone, 2009). Una vez que las localidades donde
una especie está presente se georreferencian y colocan en un mapa, se las conecta
siguiendo una regla de mínima distancia lineal: esta línea se llama trazo indivi-
24 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Áreas de endemismo
La palabra “endémico” proviene del griego “ενδημικός = endímikos = nativo” y
fue aplicada por de Candolle (1820), transfiriendo el concepto desde la medicina a
la botánica, para indicar taxones nativos que se distribuyen en un lugar y no en otro
(Anderson, 1994; Hobohm & Tucker, 2014; Noguera-Urbano, 2017). El endemismo
posee un valor ecológico e histórico evolutivo, ya que define unidades geográficas
donde hay taxones integrados espacio-temporalmente (Nelson & Platnick, 1981;
Stattersfield et al., 1998; Morrone, 2009), y es particularmente dependiente de la
escala geográfica del área en la que se distribuye el taxón (Cracraft, 1985). El térmi-
no endemismo ha sido utilizado en ecología y conservación como equivalente de
distribución restringida (Noguera-Urbano, 2017) y para definir a las especies endé-
micas se ha empleado un tamaño de área geográfica como límite práctico (Statters-
field et al., 1998). La utilización del concepto de endemismo en estudios ecológicos
y de conservación ha requerido generalizar el área de endemismo para describir
una zona habitada por varios taxones endémicos restringidos (Noguera-Urbano,
2017). La superposición, recurrencia o concentración de áreas de distribución de
especies endémicas definen a un patrón de endemismo. De esta manera, un área
de endemismo es la zona geográfica delimitada por la congruencia espacial de las
áreas de distribución geográfica de dos o más taxones monofiléticos de distribución
restringida (Platnick, 1991; Morrone, 1994d; Espinosa et al., 2001; Linder, 2001;
Noguera-Urbano, 2016). Esta congruencia espacial es explicada por la combinación
de procesos evolutivos y ecológicos (Morrone, 1994d) y representa la integración de
los taxones monofiléticos en espacio y tiempo (Müller, 1973; Harold & Mooi, 1994;
Szumik et al., 2002; Noguera-Urbano, 2016, 2017).
Las áreas de endemismo son las unidades básicas de estudio de la biogeografía
evolutiva, y aunque su definición, conceptos, criterios y metodologías para definirlas
constituyen problemas complejos (Platnick, 1991; Morrone, 1994d, 2009; Linder,
2001), se consideran un primer paso en la identificación de biotas (Morrone, 2001d,
2009). Constituyen hipótesis que pueden ser testeadas con la adición de nuevos datos
(Harold & Mooi, 1994) o analizadas con diferentes métodos (Szumik et al., 2002),
para proponer esquemas de regionalización biogeográfica (Escalante et al., 2010,
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 25
2013). De acuerdo con Müller (1973), las áreas de endemismo deben cumplir cuatro
criterios: poseer al menos dos especies endémicas, el rango geográfico de dichas es-
pecies endémicas debe poseer congruencia máxima, las áreas de endemismo deben
ser más pequeñas que el área completa en estudio y ser mutuamente excluyentes.
Sin embargo, no todos los linajes responden exactamente de la misma manera a los
factores que pueden causar y/o modificar el área de endemismo, por lo que a menudo
los límites entre las diferentes áreas de endemismo pueden ser algo difusos, sin una
congruencia simpátrica exacta, o existir cierto solapamiento entre ellas (Harold &
Mooi, 1994; Morrone, 2001d; Szumik et al., 2002).
Biogeografía cladística
La biogeografía cladística emplea información sobre relaciones filogenéticas entre
organismos y su distribución geográfica para proponer hipótesis sobre relaciones en-
tre áreas de endemismo (Nelson & Platnick, 1981). El análisis consiste en remplazar
a cada taxón terminal del cladograma taxonómico por el/las área/s de endemismo. La
congruencia entre diferentes cladogramas taxonómicos de áreas permitirá obtener
un cladograma general de áreas, el cual indica la secuencia de las separaciones his-
tóricas de las mismas (Morrone & Escalante, 2002). Comprende tres pasos sucesivos
(Morrone, 1997):
Atlas biogeográfico
Un atlas biogeográfico constituye la síntesis de los patrones de distribución de taxo-
nes, tanto de una unidad geopolítica como de un área biogeográfica, representada
por trazos individuales y generalizados, nodos, áreas de endemismo y cladogramas
de áreas (Morrone, 2000d). Los atlas proporcionan información relacionada con la
identificación de centros de diversidad y la importancia relativa que los mismos
poseen, la cual puede llegar a ser clave para determinar prioridades en la selección
de áreas para la conservación y uso sustentable de diferentes ecosistemas (Martí-
nez-Aquino et al., 2007). Además, permite identificar áreas y especies que merezcan
estudios más detallados, maximizando el potencial científico que pueda tener su
investigación en el futuro, e integrar otros tipos de datos, como urbanísticos, geoló-
gicos, etc. (Morrone & Espinosa-Organista, 1998). Un atlas biogeográfico permitiría
consultas relacionadas con el inventario de la biodiversidad, análisis ecogeográficos
y biogeográficos, al igual que la toma de decisiones en políticas de conservación
(Escalante et al., 2003).
Biogeografía y conservación
A finales del siglo XIX los científicos comenzaron a describir y entender que la
naturaleza es un intrincado entramado de procesos físicos, químicos y biológicos,
que conforman los que ahora se conocen como ecosistemas naturales. Hace algunos
años la sociedad comenzó a reconocer la dependencia del ser humano con respecto a
los servicios que estos brindan (Maass & Cotler, 2007). Los ecosistemas poseen una
gran capacidad de interactuar con el ambiente circundante y de mantener estables
ciertas condiciones, lo que les permite proporcionar importantes servicios ecológi-
cos y resistir a las perturbaciones y al cambio climático (Lovelock, 1993; Altesor
et al., 2011; Jobbagy, 2011). Debido a esto, la importancia de conservar y proteger
la biodiversidad para un desarrollo sustentable ha sido ampliamente reconocida
(Brundland, 1987; Altieri, 1999; Bilenca & Miñarro, 2004, Szpeiner et al., 2007).
Sin embargo, la mayoría de los ecosistemas que integran el planeta están siendo
degradados o sometidos a un uso no sustentable y la declinación de la biodiversidad
es uno de los mayores problemas ambientales reconocidos (e. g., Rosell et al., 2002;
Hanski, 2005; MEA, 2005).
Para poder llevar a cabo una conservación efectiva es preciso evaluar a la bio-
diversidad tanto a nivel específico como de ecosistemas (Morrone, 2000d). A través
de los sistemas naturales de regionalización biogeográfica, mencionados anterior-
mente, la biodiversidad se estudia como un complejo espacio-temporal que enfatiza
la relación entre organismo y ambiente, lo cual permite una documentación de la
biodiversidad en niveles jerárquicos superior al específico. Además, un análisis y
documentación objetivos, que cuenten con un fundamento científico adecuado, solo
28 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
pueden llevarse a cabo a través de una clasificación natural que agrupe a las entida-
des de acuerdo con su origen común y refleje las relaciones de parentesco entre ellas.
Considerando que los patrones de distribución de los seres vivos son resultado de
una historia geobiótica compartida, y dado que los atlas biogeográficos constituyen
una síntesis de estos patrones, la biogeografía constituye una disciplina íntimamente
relacionada con la conservación de la biodiversidad. Como se ha expresado, los atlas
biogeográficos también proporcionan información relacionada con la identificación
de biotas de amplia distribución, áreas de endemismos de tamaño restringida anida-
das dentro de estos y zonas de convergencia geobiótica donde confluyen biotas con
orígenes evolutivos diversos, por lo que deben ser considerados sitios de importancia
estratégica para la conservación (Ladle & Whittaker, 2011).
En definitiva, el desafío actual de la biogeografía evolutiva, en relación con la
biología de la conservación, consiste en documentar la existencia de geobiotas, para
representar la estructura evolutiva de los ecosistemas y su funcionalidad. Esto per-
mitirá contribuir en la determinación de prioridades para la conservación, diseñar
redes de áreas protegidas, planificar e implementar acciones de restauración ecoló-
gica, manejar invasiones biológicas y reintroducir especies (Morrone, 2000d, 2006;
Richardson & Whittaker, 2010; Arana et al., 2013; Giraudo & Arzamendia, 2017).
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 29
CARACTERÍSTICAS AMBIENTALES
DE LA ARGENTINA
De acuerdo con Sanmartín & Ronquist (2004), durante el Triásico, Gondwana for-
maba parte del sur de Pangea e incluía dos unidades bióticas diferentes: Gondwana
Tropical en el norte, que incluía el norte de Sudamérica, África, Madagascar, el sub-
continente Indio, el norte de Australia y Nueva Guinea; y Gondwana Templada en
el sur, conformada por el sur de Sudamérica, el sur de Australia, la Antártida, Nueva
Zelanda, Nueva Caledonia y el sur de África. Durante el Triásico un clima árido
dominaba en toda la parte norte, desde el sur de la provincia de Buenos Aires hasta
el norte de Brasil, debido a la extensión de tierra en la latitud tropical junto con el
desarrollo a nivel mundial de un sistema de grandes monzones. Las condiciones
de mayor humedad se encontraban hacia el sur, lo que hoy constituye Patagonia y
Tierra del Fuego. Hacia el oeste, en lugar de la Cordillera de los Andes, un inmenso
sistema volcánico, que se tornó activo hacia la parte superior del Pérmico (270 Ma),
se encontraba en pleno desarrollo (Lavina & Fauth, 2011).
Gondwana Tropical comenzó a dividirse a finales de Triásico y principio del
Jurásico, hace unos 165 millones de años (Ma), con la separación del subcontinente
Indio y Madagascar, que se separaron de África y comenzaron a desplazarse hacia el
sudeste. La porción norte de Sudamérica comenzó a separarse de África en el Cretá-
cico Temprano, hace 135 millones de años y comenzó a formarse el océano Atlántico
Sur. Esto provocó una aceleración de la orogenia andina, mediante la subducción de
la placa Sudamericana debajo de la de Nazca, proceso que continúa hasta el presente
(Ramos, 2009). Finalmente, el norte de Sudamérica terminó de separarse de África
hacia el Cretácico Tardío, hace 100-95 millones de años. Como resultado, África se
desplazó hacia el noreste, mientras que el norte de Sudamérica lo hizo hacia el su-
doeste. Australia y el sur de Sudamérica permanecieron en contacto hasta el Eoceno.
Luego de la separación de África, la mitad norte de América del Sur continuó con
clima cálido y seco hasta el final del Mesozoico (Pitman et al., 1993). Por otra parte,
32 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 1. Sudamérica durante el Cretácico tardío, hace aproximadamente 80 millones de años, con su superficie
cubierta casi completamente por el Mar de Salamanca (modificado de Scotese, PALEOMAP Project; Scotese &
Wright, 2018).
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 33
Jaureguizar & Cladera, 2006). Evidencias fósiles demuestran que esta introgresión
marina generó procesos de vicarianza y diferenciación de las biotas de dinosaurios
titanosáuridos, tortugas pleurodiras y mesoeucocodrilianos notosuchios entre las
dos áreas (Hechenleitner et al., 2020).
Desde el Paleoceno Temprano al Pleistoceno Tardío, las condiciones del sur de
América del Sur cambiaron de un clima templado, húmedo y sin estaciones mar-
cadas a un clima más frío, seco y con estaciones marcadas. Los biomas cambiaron
de bosques tropicales y subtropicales a estepas, a través de la secuencia bosques
subtropicales, sabana leñosa, sabana-parque y, finalmente, sabana de pastizales (Ba-
rreda & Palazzesi, 2007). Las floras del Paleoceno y el Eoceno temprano estaban
constituidas fundamentalmente por bosques húmedos dominados por angiosper-
mas como Arecaceae, Juglandaceae y Casuarinaceae, aunque en algunas áreas, so-
bre todo en el Eoceno Temprano, ya existían áreas con condiciones más secas, con
predominancia de linajes más xerófilos como Anacardiaceae. Fósiles del Eoceno
en la Patagonia muestran que la flora sudamericana de esa época, particularmente
de linajes originados en Sudamérica como Physalis (Solanaceae), coexistiendo con
otros linajes extintos localmente, pero de distribución actual en el Pacífico oeste,
Australia y Asia, como Agathis, Dacrycarpus, Eucalyptus, Papuacedrus, Retrophyllum
y Todea sufrió una serie de eventos de dispersión y vicarianza debido a la secuencia
de fragmentación de Gondwana, que condujeron a la distribución actual de esos
taxones (previamente explicada por al menos 20 eventos de dispersión transoceánica
propuestos con base en estudios moleculares, Deanna et al., 2020). El intervalo entre
el Eoceno Medio y el Oligoceno Temprano se distinguió por la predominancia de los
bosques de Nothofagus en el área patagónica, debido a un marcado enfriamiento del
área. Durante el Oligoceno Tardío y el Mioceno Temprano los bosques de Notho-
fagaceae, Podocarpaceae y Araucariaceae se retrajeron y las floras se caracterizaron
por elementos herbáceos y arbustivos de Asteraceae, Chenopodiaceae, Ephedraceae,
Convolvulaceae, Fabaceae y Poaceae, que comenzaron a moldear el aspecto actual
de las comunidades de plantas en el área. Durante el Mioceno Medio a Tardío
comenzaron a predominar linajes xerofíticos como Asteraceae, Chenopodiaceae y
Convolvulaceae (Barreda & Palazzesi, 2007).
Durante el Cuaternario, como consecuencia de las glaciaciones, las condiciones
de aridez y frío fueron interrumpidas por períodos más cálidos y húmedos. Siguien-
do este proceso, existieron varios pulsos de expansión y retracción de las estepas,
acompañados de retracciones y avances de los bosques tropicales del norte; así como
la vicarianza entre el sur de América del Sur y el norte y noreste, producto de la apa-
rición del denominado mar Paranaense (Fig. 2) durante el Mioceno Medio a Tardío
(entre aproximadamente 17 y 11 millones de años antes del presente). Durante las
fases finales de la orogenia andina, en donde las porciones de la Cordillera Andina
Central y Patagónicas se elevaron sucesivamente, hacia los 14-10 Ma aproximada-
mente, generando una barrera para los vientos del Pacífico Sur, se produjo la dife-
renciación temprana de las subregiones biogeográficas Subantártica y Patagónica.
Hacia fines del Mioceno y comienzo del Plioceno (5-2 Ma) se registra la elevación
de la Cordillera de los Andes en el centro de Argentina y Chile (Garzione et al.,
2008), como así también de los sistemas orográficos al este de Argentina, como la
34 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 2. El mar Parananense hace aproximadamente 17 millones de años, durante el Mioceno Medio a Tardío
(modificado de Scotese, PALEOMAP Project; Scotese & Wright, 2018).
Puna y Sierras Pampeanas, lo que provocó condiciones de aridez en las áreas que se
encuentran entre dichos sistemas orogénicos. Además, hace 2,7 millones de años,
durante el límite Plioceno-Pleistoceno, surgió el Istmo de Panamá, lo que provocó
el denominado Gran Intercambio Biótico Americano, que afectó profundamente las
faunas de Norte y Sudamérica (Stehli & Webb, 1985; Woodburne, 2010; Cione et
al., 2015; Absolon et al., 2016). Estos eventos han generado y moldeado la biota sud-
americana desde el Pleistoceno al presente (Ortiz-Jaureguizar & Cladera, 2006). Esta
biota se caracteriza por un componente biótico tropical norte o neotropical, y otro
templado sur o andino, cada uno con sus propias conexiones bióticas: la neotropical
con conexiones neárticas y africanas, y la andina con conexiones fundamentalmente
australianas, neocelandesas y antárticas (Crisci et al., 1991; Amorim & Tozoni, 1994;
Lopretto & Morrone, 1998; Sanmartín & Ronquist, 2004; Löwenberg-Neto et al.,
2008; Morrone, 2017, 2018b). A su vez, Sudamérica posee una Zona de Transición,
localizada en los límites entre las biotas neotropical y andina, que representa even-
tos de “hibridación” biótica, promovidos por cambios ecológicos que permiten la
interacción intensa y la generación de elementos endémicos (Fig. 3).
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 35
Fig. 3. Regionalización biogeográfica de los componentes bióticos principales de América del Sur. Fuente de
la imagen: Esri, Maxar, GeoEye, Earthstar Geographics, CNES/Airbus DS, USDA, USGS, AeroGRID, IGN, and the
GIS User Community.
36 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
REGIONALIZACIÓN BIOGEOGRÁFICA
DE LA ARGENTINA
Varios son los estudios de regionalización elaborados para los ambientes naturales de
la Argentina. Entre ellos se pueden citar la pionera regionalización vegetacional de
Lorentz (1876) (Fig. 4), la física de Delachaux (1920), las fitogeografías de Frenguelli
(1941) y Cabrera (1951, 1958, 1971, 1976), la regionalización zoogeográfica de Rin-
guelet (1961, 1975), la zoogeografía de la escorpiofauna de Maury (1979), las ecorre-
giones de Burkart et al. (1999), las áreas opiliológicas de Acosta (2002), las provincias
icitiogeográficas de Lopez et al. (2008), el Prodromus sinsistemático fitosociológico
de Martínez Carretero et al. (2016), las ecorregiones y complejos ecosistémicos de
Morello et al. (2018), y las unidades de vegetación de Oyarzábal et al. (2018). La
mayoría de estos estudios poseen en común el hecho que la delimitación de las
áreas se ha realizado sobre la base de similitudes globales y condiciones similares de
geomorfología, hidrología, suelos, clima y grupos puntuales de la biodiversidad. Sin
embargo, esto no respondería necesariamente a lo previamente mencionado, donde
las áreas naturales son el resultado de una historia evolutiva geobiótica común; me-
nos aún si tomamos para la construcción de las unidades de regionalización sólo a
determinados linajes, lo que produce un sesgo y una visión limitada de la historia
evolutiva y relaciones ecosistémicas de las unidades ambientales.
Las similitudes encontradas entre partes no implican necesariamente natura-
lidad, ya que similares condiciones ambientales de lugares diferentes seleccionan
respuestas evolutivas en apariencia similares en las biotas que incluyen, sino que
más bien, la naturalidad de un área, queda justificada mediante la utilización de
un método que aplique la identificación de la homología espacial. Esto permitirá
reconocer un origen e historia evolutiva en común (Escalante, 2009) y garantizará
una delimitación real e integración de los procesos ecológicos y evolutivos, que com-
prendan y efectivicen la funcionalidad y estabilidad de estos ecosistemas (Morrone
& Crisci, 1995; Sanmartin, 2012). Para ello, es preciso que los estudios enfocados
a desarrollar esquemas de regionalización tengan como objetivo construir sistemas
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 37
Bosque de
Araucaria
Monte Prepuneño
Septentrional
Erémico
Austral
Comechingones
Fueguina
Payunia Payunia
Septentrional
Payunia Austral
Subandina Patagonia
Subandina
Meridional
Altoandina Austral
Patagonia
Subandina
Septentrional
Patagónica
Occidental
Bosque
Magallánico
Región Neotropical
Región Neotropical—Sclater, 1858: 143; Cabrera & Willink, 1973: 32; Morrone, 2014a: 26, 2017:
41.
Región Austro-Columbiana—Huxley, 1868: 315.
Región Columbiana—Blyth, 1871: 428.
Reino Sudamericano—Engler, 1882: 345.
Reino Neotropical—Heilprin, 1887: 73.
Región Americana Tropical—Blanford, 1890: 49.
Reino Americano Tropical—Allen, 1892: 207.
Área Neotropical —Clarke, 1892: 381.
Región Tropical —Merriam, 1892: 33.
Reino Neogeico —Lydekker, 1896: 64.
Subregión Neotropical—Schmidt, 1954: 328.
Región Latinoamericana—Smith, 1983: 462.
Subreino Neotropical—Rivas-Martínez & Navarro, 1994: mapa.
Región Sudamericana—Cox, 2001: 519.
calculado que en menos del 2% del territorio nacional argentino están representadas
hasta un 40-50% de la riqueza de especies del país (Brown et al., 2006, Arana et al.,
2017). Las Yungas en la Argentina presentan una longitud de 600 km en sentido
norte-sur y alrededor de 100 km de ancho, con un rango altitudinal entre los 400 y
3000 m (Brown et al., 2001, 2006) y un gradiente latitudinal de diversidad biológica
originado principalmente por la discontinuidad de las masas de bosques que, a su
vez, es producto de la irregular distribución de los cordones montañosos donde se
sitúan. En el extremo austral, las selvas y bosques se fragmentan y se empobrece su
riqueza hasta ser remplazada, en los cordones serranos pampeanos del centro oeste
argentino, por ambientes chaqueños y de monte.
Esta provincia posee, entre otros, los siguientes taxones endémicos: Phlegma-
riurus sotae (Lycopodiaceae, Arana, 2016); Hymenophyllum capurroi (Hymenophylla-
ceae, Arana et al., 2016); Pteris exigua y P. sotae (Pteridaceae); Lomariocycas yungensis
(Blechnaceae); Megalastrum adenopteris y M. ciliatum (Dryopteridaceae); Campyloneu-
rum lorentzii y C. tucumanense (Polypodiaceae); Podocarpus parlatorei (Podocarpaceae);
Rebutia minuscula (Cactaceae, Muruaga et al., 2008); Fuchsia boliviana (Onagraceae);
Cedrela balansae y C. saltensis (Meliaceae); Mandevilla brachyloba (Apocynaceae); Gen-
tianella cosmantha (Gentianaceae); Cordia saccelia (Boraginaceae); Nicotiana otophora y
N. sylvestris (Solanaceae); Austropeucedanum (Apiaceae); Hymenostephium debile, Jungia
pauciflora, Mutisia saltensis, Trixis grisebachii y T. ragonesei (Asteraceae); Chusquea loren-
tziana (Poaceae); Hapalotremus martinorum, H. chasqui, Tmesiphantes crassifemur y T.
yupanqui (Theraphosidae); Diplura argentina (Dipluridae); Chaco obscura (Nemesii-
dae); Idiops minguito y Neocteniza minima (Idiopidae); Chlorus bolivianus (Acrididae);
Lastaurus tricolor (Asilidae); Tucumyia pollinosa (Asteiidae); Bibio wulpi (Bibionidae);
Systropus conopoides (Bombylidae); Micropezia maculiceps y M. marginatus (Micro-
pezidae); Gowdeyana vitrisetosus (Stratiomyidae); Baccha titania y Epistrophe roburoris
(Syrphidae); Adejeania andina (Tachinidae); Wasmannia sulcaticeps (Formicidae);
Bassania jocosa, B. schreiteri, B. tucumana y Hygrochroma subvenusta (Geometridae);
Coxina turibia y Matigramma nitida (Noctuidae); Melanophryniscus rubriventris (Bufo-
nidae); Oreobates barituensis, O. berdemenos y O. discoidalis (Craugastoridae, Pereyra et
al., 2014); Gastrotheca christiani, G. gracilis y G. chrysosticta (Hemiphractidae); Boana
marianitae (Hylidae); Proctoporus xestus (Gymnophthalmidae); Atractus bocki (Colu-
bridae); Uropsalis lyra argentina (Caprimulgidae, de la Peña, 2019a); Cinclus schulzi
(Cinclidae); Penelope dabbenei (Cracidae); Atlapetes citrinellus y A. fulviceps (Passerelli-
dae); Leptasthenura yanacensis y Phacellodomus maculipectus (Furnariidae, de la Peña,
2019b); Melanopareia maximiliani argentina (Melanopareiidae); Picumnus dorbignyanus
dorbignyanus y Dryobates frontalis (Picidae, de la Peña, 2019c); Chiroxiphia boliviana
(Pipridae, de la Peña, 2019d); Scytalopus zimmeri (Rhinocryptidae); Megascops hoyi
y Glaucidium bolivianum (Strigidae, de la Peña, 2019a); Eriocnemis glaucopoides (Tro-
chilidae); Lutreolina massoia (Didelphidae); Ctenomys frater (Ctenomyidae); Akodon
sylvanus (Cricetidae); y Mazama chunyi (Cervidae).
Estudios panbiogeográficos de licofitas y helechos (Arana et al., 2012, 2016)
han demostrado que las particularidades microambientales de las Yungas generan
condiciones propicias para la coexistencia de especies con diferentes orígenes bio-
geográficos a lo largo del gradiente altitudinal, en donde conviven especies con una
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 45
Constituye una franja desde los 350 m snm hasta 600 m snm, limitada orientalmente
por la isohieta de 700 mm. Posee una estación seca muy marcada que coincide con el
invierno. Ocupa las llanuras al pie de las montañas y los cerros bajos, con precipita-
ciones menores y mayores temperaturas que otras áreas. Se caracteriza por la domi-
nancia de especies arbóreas en general de hoja caduca (Fig. 7), como Calycophyllum
multiflorum (Rubiaceae), Cedrela balansae (Meliaceae) y Phyllostilon rhamnoides (Ulma-
ceae). Es conocida también como selva de palo blanco y palo amarillo en el sector
norte, y selva de Anadenanthera colubrina var. cebil (Fig. 8) y Tipuana tipu (Fabaceae)
en el sector sur. Estas especies están acompañadas por otras leñosas como Cordia
americana (Boraginaceae); Amburana cearensis, Myroxylon peruiferum, Parapiptadenia
excelsa y Tipuana tipu (Fabaceae); Handroanthus impetiginosus y Jacaranda mimosifolia
(Bignoniaceae), Ceiba speciosa (Malvaceae), Bougainvillea spinosa (Nyctaginaceae)
y Vasconcellea quercifolia (Caricaceae, Fig. 9). Entre los taxones endémicos de este
distrito encontramos a Echeveria saltensis (Crassulaceae, Fig. 10, Pino et al., 2019);
Chloroleucon foliolosum e Inga saltensis (Fabaceae); Cordia saccellia (Boraginaceae);
Athyana weinmanniifolia (Sapindaceae); Ibatia dummelii (Apocynaceae, Keller, 2020);
Metadorylas tucumanus (Pipunculidae); y Crematogaster euterpe y Probolomymrex bru-
jitae (Formicidae, Cuezzo et al., 2007).
Estas selvas de transición han sido consideradas como relicto de un bosque que
se extendió por gran parte de las áreas tropicales y subtropicales de Sudamérica, del
cual quedan pocos fragmentos (denominados bosques estacionalmente secos, Prado,
2000). De acuerdo con un análisis panbiogeográfico del género Galianthe (Rubia-
46 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 7. Distrito de las Selvas de Transición, provincia de las Yungas, con predominio de Anadenanthera colubrina
var. cebil, Salta, Argentina. Fotografía: Antonia Oggero.
ceae), estas selvas pedemontanas yungueñas se relacionan con las selvas de los valles
secos interandinos del norte de Bolivia y los bosques estacionalmente secos de la
Chiquitanía (Florentin et al., 2018); y conectan estas selvas de transición, a través
de parches aislados en el Chaco paraguayo, con el Cerrado y el dominio Paranaen-
se. Ello indicaría que en el pasado estas selvas fueron más extensas, conectando las
selvas Paranaense y de las Yungas.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 47
Fig. 10. Echeveria saltensis (Crassulaceae), especie endémica del distrito de las Selvas de Transición, provincia
de las Yungas, Argentina. Fotografía: gentileza William Ale.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 49
Corresponde a la parte inferior de las laderas montañosas, desde 500 hasta 1500 m
snm. Las lluvias llegan hasta los 3000 mm anuales, a lo que se suma la humedad
producto de las neblinas. Son selvas densas (Fig. 11), cubiertas casi permanente-
mente por nubes durante el verano y principios del otoño; formadas por árboles
predominantemente perennifolios que alcanzan hasta 35 m de altura y gran variedad
Fig. 11. Distrito de las Selvas Montanas, provincia de las Yungas, Calilegua, Jujuy, Argentina.
Fotografía: Marcelo Arana.
50 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 12. Distrito de las Selvas Montanas, provincia de las Yungas, ejemplar de Ocotea porphyria (Lauraceae)
cubierto por Pecluma oranense (Polypodiaceae), Calilegua, Jujuy, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
de epífitas, lianas, enredaderas y hierbas (Fig. 12). Entre las especies dominantes y
endémicas que caracterizan este distrito se encuentran Phlegmariurus sotae (Lyco-
podiaceae); Hymenophyllum capurroi (Hymenophyllaceae); Blepharocalyx salicifolius,
Myrcianthes mato y M. pseudomato (Myrtaceae); Ocotea porphyria (Lauraceae, Fig.
13); Ilex argentina (Aquifoliaceae); Juglans australis (Juglandaceae); Piper tucumanum
(Piperaceae); Crinodendron tucumanum (Elaeocarpaceae); Bocconia integrifolia (Papa-
veraceae); Cedrela saltensis (Meliaceae); Trixis proustioides (Asteraceae); Fannia coxata
(Fanniidae); Micropeza dorsalis (Micropezidae); Pheidole subaberrans (Formicidae); y
Gastrotheca chrysosticta (Hemiphractidae).
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 51
Fig. 13. Ocotea porphyria (Lauraceae), endemismo característico del distrito de las Selvas
Montanas, provincia de las Yungas, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 14. Distrito del Bosque Montano con Polylepis australis (Rosaceae), provincia de las Yungas, Lagunas de
Yala, Jujuy, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 15. Polylepis australis (Rosaceae), una de las especies dominantes en el distrito del Bosque Montano,
provincia de las Yungas, Lagunas de Yala, Jujuy, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 53
Provincia Paranaense
Formación de Misiones—Holmberg, 1898: 451.
Provincia de las Selvas y Sabanas de Brasil Austral—Hauman, 1931: 59.
Área del Bosque Subtropical de Misiones—Parodi, 1934: 171.
Provincia de Misiones—Castellanos & Pérez-Moreau, 1944: 90.
Área de la Selva de Misiones—Parodi, 1945: 127.
Provincia Subtropical Oriental—Cabrera, 1951: 28, 1953: 114.
Sector de la Cordillera Marítima—Rizzini, 1963: 47.
Provincia Paranense—Cabrera, 1971: 11; Apodaca et al., 2015a: 91.
Provincia Paranaense—Cabrera & Willink, 1973: 60; Cabrera, 1976: 10; Morrone, 2014a: 81, 2017:
208.
Provincia de la Selva Brasileña—Udvardy, 1975: 41.
Subprovincia Montana—Fernandes & Bezerra, 1990: 114.
Sector del Planalto Meridional (en parte)—Fernandes & Bezerra, 1990: 114.
Ecorregión de la Selva Paranense—Burkart et al., 1999: 21.
Provincia de las Selvas—Morrone, 1999: 10.
Ecorregión de las Selvas Atlánticas del Interior de Brasil—Dinerstein et al., 1995: 93.
Provincia del Bosque Paranaense—Morrone, 2001b: 99.
Provincia Paranense (en parte)—Rivas-Martínez et al., 2011: 27.
Ecorregión Selva Paranaense—Rodríguez & Silva, 2018b: 231.
Subregión Pediplano del Paraná—Rodríguez & Silva, 2018b: 241.
Subregión Serranías y Mesetas—Rodríguez & Silva, 2018b: 245.
Fig. 17. Aspecto de la vegetación y suelo de la provincia Paranaense, Parque Nacional Iguazú, Misiones, Argen-
tina. Fotografía: Marcelo Arana.
Catarina, Paraná y las zonas vecinas del Paraguay. Las lluvias varían entre 1500 y
1700 mm anuales, y la temperatura promedio oscila entre 20 y 21°C. Los suelos son
lateríticos, areno-arcillosos, ferruginosos, desarrollados sobre rocas eruptivas, en
parte tobáceas de magma basáltico, originadas en el triásico y que aparecen entre los
1,5 a 3 m de profundidad (Martínez-Crovetto, 1963). La vegetación predominante,
condicionada por la capa rocosa a poca profundidad que actúa de aislante entre el
acuífero y las capas superiores (Martínez-Crovetto, 1963), está formada por sabanas
de Poaceae de gran porte (más de 1 m de altura) de los géneros Andropogon, Aristida,
Paspalum y Panicum, principalmente Aristida jubata, acompañados por Axonopus
suffultus, Paspalum notatum, P. urvillei, Panicum bergii, Eragrostis lugens, E. rojasii y
Elionurus muticus (Poaceae). En terrenos más bajos se encuentran sabanas de Andro-
Fig. 18. Distrito de los Campos, provincia Paranaense, pastizal de Andropogon lateralis (Poaceae), con Pontederia
crassipes (Pontederiaceae), Corrientes, Argentina. Fotografía: Antonia Oggero.
58 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
pogon lateralis (Fig. 18), junto con Axonopus compressus, alternando con arbustos y
árboles bajos, denominados localmente matorrales, así como bosques en galerías a lo
largo de los cursos de agua, principalmente con Croton urucurana (Euphorbiaceae),
Cecropia pachystachya (Urticaceae), Albizia inundata e Inga affinis (Fabaceae) y Butia
yatay (Arecaceae). Estos bosques en galería están acompañados de isletas de bosques
mesófilos de Enterolobium contortisiliquum (Fabaceae), características de este distrito,
junto con Myracrodruon balansae (Anacardiaceae), Handroanthus heptaphyllus (Bigno-
niaceae) y Cordia americana (Boraginaceae), especies típicas paranaenses, así como
Allagoptera campestris (Arecaceae). En las depresiones sin drenaje se forman pantanos
ácidos donde predominan Coleataenia prionitis, Paspalum haumanii y P. ionanthum
(Poaceae). Hay además numerosas especies higrófilas, como Mayaca sellowiana y M.
fluviatilis (Mayacaceae), e incluso orquídeas palustres como Cyrtopodium punctatum
(Orchidaceae). Entre los endemismos que caracterizan a este distrito encontramos
a Apostolepis quirogai y Mussurana quimi (Colubridae) y Micrurus silviae (Elapidae,
Giraudo & Arzamendia, 2017).
Soriano et al. (1991) propusieron a este distrito como parte de la provincia
Pampeana, teniendo en cuenta particularmente su fisonomía florística. Sin embar-
go, consideramos que la presencia de especies netamente paranaenses hace de este
distrito parte de esta última provincia.
Fig. 19. Distrito de las Selvas Mixtas, provincia Paranaense, Iguazú, Misiones, Argentina. Fotografía: Antonia
Oggero.
Fig. 20. Dicksonia sellowiana (Dicksoniaceae), distrito de las Selvas Mixtas, provincia Paranaense. Fotografía:
Marcelo Arana.
Fig. 22. Solanum platense (Solanaceae), especie endémica característica de la provincia Esteros del Iberá. Fo-
tografía: gentileza Andrés González.
1949). Existe, además, una comunidad formada por la combinación casi exclusiva de
Baccharis penningtonii (Asteraceae), Eryngium mesopotamicum (Apiaceae), Oxypetalum
sylvestre (Apocynaceae), Vicia epetiolaris (Fabaceae), y Paspalum haumanii y Zizaniopsis
bonariensis (Poaceae) (Apodaca et al., 2019).
Los taxones endémicos que caracterizan esta provincia (Guerrero et al., 2018;
Apodaca et al., 2019) son Isoetes ekmanii (Isoetaceae); Microgramma mortoniana
(Polypodiaceae); Goniopteris burkartii (Thelypteridaceae, Fig. 25); Sagina humifusa
(Caryophyllaceae); Tarenaya titubans (Cleomaceae); Rorippa bonariensis var. burkartii
(Brassicaceae); Lupinus albescens, Vicia epetiolaris, V. macrograminea y Vicia platensis
(Fabaceae); Jaborosa runcinata, Lycium vimineum y Solanum platense (Solanaceae, Fig.
22); Araujia megapotamica, Funastrum flavum y Oxypetalum sylvestre (Apocynaceae);
Eryngium mesopotamicum (Apiaceae); Baccharis frenguellii, B. pedersenii, B. penningto-
nii y B. phyteumoides (Asteraceae); Androtrichum giganteum y Rhynchospora corymbosa
var. bonariensis (Cyperaceae); Echinochloa helodes, Oplismenopsis, Paspalum haumanii,
Setaria stolonifera y Zizaniopsis bonariensis (Poaceae); Platythelys platensis (Orchida-
ceae); Hernandaria scabricula y Pucrolia minuta (Gonyleptidae); Mastophora conifera
(Araneidae); Uraarachne plana, U. kapiity y U. variegata (Thomisidae, Grismado &
Achitte-Schmutzler, 2020); Jollas manantiales (Salticidae); Eurymetopus unicolor (Cur-
culionidae); Oxysarcodexia ibera (Sarcophagidae, Dufek & Mulieri, 2017; Dufek et al.,
2020); Hypostomus laplatae y Lorycariichthys edentatus (Loricariidae); Hyphessobrycon
wajat (Characidae); Argenteohyla (Hylidae); Limnomedusa macroglossa (Cycloramphi-
dae); Elachistocleis bicolor (Microhylidae, Garcia Marsà & Agnolín, 2018); Atractus
paraguayensis, Erythrolamprus jaegeri coralliventris, E. semiaureus, Helycops infrataeniatus
e Hydrops caesurus (Dipsadidae, Giraudo & Arzamendia, 2017); Limnornis curviros-
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 63
tos pampeanos, concluyendo que los grandes ríos del Plata generan un importante
intercambio biótico con las regiones biogeográficas que atraviesan, representando
áreas con elevada riqueza por el aporte de especies de serpientes tropicales de dis-
tintos linajes biogeográficos junto a fauna de regiones biogeográficas subtropica-
les-templadas. Similares resultados obtuvieron Guerrero et al. (2018), mediante la
comparación de patrones de distribución de plantas trepadoras y epífitas, donde
demuestran que los humedales del Plata poseen una influencia de la provincia Pa-
ranaense en los tramos altos de los ríos Paraná y Uruguay, mientras que las partes
bajas de las cuencas adquieren entidad propia y se vinculan más entre ellos y con
el Chaco Húmedo. Estos patrones de distribución quedan explicados por la inte-
racción de eventos geomorfológicos pasados que causaron el desplazamiento de
los grandes ríos y cambios en sus conexiones, principalmente en combinación con
factores ecológicos (similitudes hidrológicas o ambientales) y el grado de conexión
actual de los ríos y de regiones biogeográficas circundantes, más que por el simple
efecto de los ríos como vías de dispersión de especies.
En ciertos sectores de esta provincia (Arroyo Toropí, centro-oeste de Corrien-
tes), se han hallado restos fósiles de la especie Boa constrictor (Boidae), extinta actual-
mente en la provincia Esteros del Iberá, de entre 50.000 y 35.000 años, en niveles
del Pleistoceno tardío. Estos restos, en conjunto con otros de mamíferos y evidencia
sedimentológica indicarían que el área de la provincia Esteros del Iberá era más
húmeda y cálida, con una marcada influencia de fauna brasileña, incluso durante el
último período interglaciar (Albino & Carlini, 2008). Los cambios en los regímenes
hídricos de los ríos Paraná y Paraguay durante los períodos húmedos del Pleistoceno
habrían provocado vicarianza en las poblaciones de Boa constrictor: al este del río Pa-
raguay, en Paraguay y regiones circundantes del Cerrado se desarrolló Boa constrictor
amarali, mientras que, a la misma latitud, pero en el sector oeste del río Paraguay, se
encuentra Boa constrictor occidentalis, típica de ambientes chaqueños. Ambas subespe-
cies están separadas por el distrito Chaqueño Oriental (provincia biogeográfica del
Chaco), en donde ninguna de las subespecies está presente. Posteriormente, durante
el Pleistoceno tardío, el subsecuente cambio de los ríos Paraná y Uruguay habrían
provocado la extinción de varios elementos faunísticos típicamente brasileños en la
provincia Esteros del Iberá, como Boa constrictor (Albino & Carlini, 2008).
La provincia Esteros del Iberá está constituida por tres distritos: Delta del
Paraná, Río Uruguay y Sabanas Inundables del Paraná (Apodaca et al., 2019).
Este distrito incluye el delta del Paraná, el río de la Plata, los ríos que desembocan
en él y las geoformas fluviales asociadas (Fig. 21). El límite sur lo constituye la ba-
hía de Samborombón, donde el incremento de la salinidad, debido a la influencia
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 65
del Océano Atlántico, se hace muy evidente (Apodaca et al., 2019). Presenta una
elevada heterogeneidad ambiental, producto de procesos geomorfológicos e hidroló-
gicos pasados (ingresiones y regresiones marinas holocénicas) y actuales (modelado
fluvial) y de sus particulares características climáticas. Esto determina diferentes
patrones de paisaje habitados por una biota muy diversa. Su régimen hidrológico
está determinado por inundaciones periódicas de distinto origen: crecientes de los
ríos Paraná, Uruguay y Gualeguay, y mareas y sudestadas del Río de la Plata. El
clima es templado y subhúmedo, con temperaturas medias anuales de 16.7°C a 18°C,
la precipitación anual es de 1000 mm y la humedad relativa es del 79%. Entre las
comunidades vegetales arbóreas se destacan el bosque fluvial mixto (Fig. 24), cons-
tituido por Tessaria integrifolia (Asteraceae), Myrsine laetevirens (Myrsinaceae) y Nec-
tandra angustifolia (Lauraceae), acompañadas de Syagrus romanzoffiana (Arecaceae),
Inga uraguensis (Fabaceae), Blepharocalyx salicifolius (Myrtaceae) y Sambucus australis
(Viburnaceae). En las riberas y zonas anegadizas aparecen comunidades hidrófilas
compuestas por Cephalantus glabratus (Rubiaceae), Androtrichum giganteum y Schoeno-
plectus californicus (Cyperaceae), Baccharis spp. (Asteraceae), Eryngium spp. (Apiaceae)
y Luziola peruviana (Poaceae). Los taxones endémicos de este distrito son Goniopteris
burkartii (Thelypteridaceae, Fig. 25); Mimosa bonplandii y Vicia platensis (Fabaceae);
Fig. 24. Distrito del Delta del Paraná, provincia Esteros del Iberá, bosque fluvial mixto en Punta Lara, Buenos
Aires, Argentina. Fotografía: gentileza Luján Luna.
66 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 25. Goniopteris burkartii (Thelypteridaceae), especie endémica del distrito del Delta del Paraná, provincia
Esteros del Iberá. Ejemplares en el sotobosque, Reserva Punta Lara, Buenos Aires, Argentina. Fotografía: gen-
tileza Luján Luna.
El distrito del Río Uruguay incluye los valles bajos del río Uruguay y sus afluentes,
desde el sur de Misiones hasta la desembocadura del río de la Plata (Fig. 21). El
río Uruguay es el más pequeño de los tres mayores tributarios del Río de la Plata,
se extiende cerca de 1838 km, desde la Serra Geral en el sur de Brasil hasta el es-
tuario del Río de la Plata, entre Uruguay y Argentina. Sus mayores tributarios son
el río Negro en Uruguay, el río Quaraí entre Brasil y Uruguay, y los ríos Ibicuí e
Ijuí en Brasil. La vegetación predominante del distrito en Argentina comprende
principalmente bosques en galería y matorrales ribereños (Fig. 26), con la presen-
cia abundante de las especies Allophyllus edulis (Sapindaceae); Daphnopsis racemosa
(Thymelaeaceae, Fig. 27); Myrsine laetevirens (Myrsinaceae); Pouteria salicifolia (Sapo-
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 67
Fig. 26. Distrito del Río Uruguay, provincia Esteros del Iberá, bosque fluvial sobre la costa del río Uruguay, a la
altura de Monte Caseros, Corrientes, Argentina. Fotografía: gentileza Andrés González.
Fig. 27. Daphnopsis racemosa (Thymelaeaceae), especie característica del distrito Río Uruguay,
provincia Esteros del Iberá. Reserva provincial Las Piedras, Gualeguaychú, Entre Ríos, Argentina.
Fotografía: Marcelo Arana.
68 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 28. Commelina dielsii (Commelinaceae), especie endémica del distrito del Río Uruguay, provincia Esteros
del Iberá, Argentina. Fotografía: gentileza Andrés González.
dos entre sí por extensos cordones arenosos (Neiff, 2001). La vegetación marginal
de la planicie es un bosque en galería de Salix humboldtiana (Salicaceae), Tessaria
integrifolia (Asteraceae), Sapium haemastospermum (Euphorbiaceae), y Enterolobium
contortisiliquum y Erythrina crista-galli (Fabaceae). Estos bosques alternan con am-
bientes abiertos con vegetación principalmente graminosa (Fig. 29) de Hymenachne
grumosa y Paspalum repens (Poaceae), Cyperus giganteus (Cyperaceae), Thalia geniculata
(Marantaceae) y Typha dominguensis (Typhaceae). Los sectores bajos usualmente inun-
dados se hallan cubiertos por Thypa dominguensis (Typhaceae), Polygonum punctatum
(Polygonaceae), Ludwigia peploides (Onagraceae), Eriocaulon magnum (Eriocaulaceae,
Fig. 30), y Pontederia azurea, P. crassipes y P. cordata (Pontederiaceae). Los taxones
endémicos de este distrito (Apodaca et al., 2019) son: Rorippa bonariensis var. cha-
coensis (Brassicaceae), Lathyrus nigrivalvis (Fabaceae), Solanum pedersenii (Solanaceae),
Baccharis albida (Asteraceae), Zizaniopsis villanensis (Poaceae), Habranthus correntinus
(Amaryllidaceae), Progonyleptes borellii (Gonyleptidae), Almafuerte vigorosa y Verita
williamsi (Gnaphosidae), Hoplias ambigua (Erythrinidae, Azpelicueta et al., 2015),
Argenteohyla siemersi pederseni (Hylidae), Physalaemus santafecinus (Leptodactylidae),
Colobosaura kraepelini (Gymnophthalmidae), Liolaemus azarae (Liolaemidae) y Spo-
rophila iberaensis (Thraupidae, Fig. 31, de la Peña, 2019e).
Fig. 29. Distrito de las Sabanas Inundables del Río Paraná, provincia Esteros del Iberá, Colonia Carlos Pellegrini,
Corrientes, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
70 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 30. Distrito de las Sabanas Inundables del Río Paraná, provincia Esteros del Iberá: sabana inundable con Erio-
caulon magnum (Eriocaulaceae), Colonia Carlos Pellegrini, Corrientes, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 31. Sporophila iberaensis (Thraupidae), especie endémica característica del distri-
to de las Sabanas Inundables del Río Paraná, provincia Esteros del Iberá. Fotografía:
gentileza Sebastián Gomez.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 71
Fig. 33. Provincia del Bosque de Araucaria, bosque de Araucaria angustifolia, San Pedro, Misiones, Argentina.
Fotografía: Marcelo Arana.
72 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 34. Sotobosque del bosque de Araucaria, San Pedro, Misiones, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 35. Leptasthenura setaria (Furnariidae), especie endémica de la provincia del Bosque de Araucaria, Argen-
tina. Fotografía: gentileza Marco Mendez.
En la Argentina esta provincia (Fig. 36) se extiende por Formosa y Chaco, este de
Salta, Jujuy, Tucumán, Catamarca y La Rioja, todo Santiago del Estero, norte de
San Luis, norte, centro y noroeste de Córdoba, norte de Santa Fe, y noroeste de
Corrientes (Morello, 1955, 1958; Cabrera & Willink, 1973; Müller, 1973; Cracraft,
1985; Willink, 1988; Prado, 1993a, 1993b; Morrone, 2000a, 2006, 2014a; Werneck,
2011). Chaco, o chaku en quechua, significa territorio de caza. En total, en la Ar-
gentina esta provincia ocupa unos de 675.000 km2, representando 60% del área del
Chaco y 25% del territorio del país (Sandoval & Bárquez, 2013). Cubre llanuras y
serranías de poca elevación, por debajo de los 500 m sobre el mar, aunque alcanza
los 1800 m en algunas montañas del oeste. El clima es continental, cálido, con pre-
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 75
Fig. 37. Provincia del Chaco, aspecto del bosque caducifolio xérico chaqueño, con predominio de Schinopsis
lorentzii (Anacardiaceae), Santiago del Estero, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 38. Homonota whitii (Phyllodactylidae), especie endémica chaqueña. Fotografía: gentileza Ricardo Martori.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 77
Fig. 39. Alouatta caraya (Cebidae), especie endémica chaqueña, derecha macho, izquierda hembra. Fotografía:
Marcelo Arana.
las provincias del Chaco y el Cerrado al menos hasta el Plioceno Medio y Tardío,
ya que estas provincias comparten biotas relacionadas. El evento vicariante entre el
Chaco y el Cerrado se debió probablemente al levantamiento del Plateau Brasileño
y el consecuente hundimiento del Chaco y el Pantanal debido al levantamiento de
los Andes (Colli, 2005; Porzecanski & Cracraft, 2005; Pocco et al., 2018).
Esta provincia abarca en la Argentina tres distritos: Chaqueño Oriental, Cha-
queño Serrano y Chaqueño Occidental (Cabrera, 1971; Morrone, 2014a).
Fig. 40. Distrito Chaqueño Oriental, provincia del Chaco, bosque intercalado con pajonal húmedo de Sorghas-
trum setosum (Poaceae), Guaycolec, Formosa, Argentina. Fotografía: gentileza Víctor Dávalos.
Fig. 41. Distrito Chaqueño Oriental, provincia del Chaco, sotobosque dominado por Aechmea distichantha
(Bromeliaceae), Guaycolec, Formosa, Argentina. Foto gentileza Víctor Dávalos.
80 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 42. Tricerma vitis-idaeum (Celastraceae), especie arbustiva característica de las planicies salinas de los
ambientes chaqueños y pampeanos. Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 43. Distrito Chaqueño Oriental, provincia del Chaco, palmar de Copernicia alba (Arecaceae), Parque Nacional
Pilcomayo, Formosa, Argentina. Fotografía: gentileza Víctor Dávalos.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 81
muticus (Poaceae). Entre los endemismos que caracterizan este distrito podemos citar
Monvillea krapovickiana (Cactaceae); Aeschynomene paraguayensis, Arachis correntina,
A. hassleri, A. lignosa, A. microsperma, A. paraguariensis, Camptosema paraguariense var.
parviflorum, Centrosema kermesi, Chaetocalyx latifolia var. setulifera, Desmodium burkartii,
D. intermedium, Prosopis hassleri var. nigroides, P. nigra var. ragonesei y Tephrosia hassleri
(Fabaceae, Morales et al., 2019); Lepidodexia lindneri, L. adelina, L. lenti, Oxysarcodexia
berthet y Retrocitomyia paraguayensis (Sarcophagidae, Dufek et al., 2020); y Celeus
lugubris kerri (Picidae).
Fig. 44. Distrito Chaqueño Serrano, provincia del Chaco, bosque de Schinopsis lorentzii (Anacardiaceae), Túneles
de Taninga, Córdoba, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
82 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 45. Distrito Chaqueño Serrano, provincia del Chaco, bosque de Lithrea molleoides (Anacardiaceae), Alpa
Corral, Córdoba, Argentina. Fotografía: Antonia Oggero.
Este distrito ocupa suelos someros de los faldeos y quebradas de las Sierras Pampea-
nas del centro de Argentina, en las provincias de Córdoba y San Luis, alcanzando un
pequeño sector al sur de Santiago del Estero (Fig. 36). La vegetación característica
es el bosque xerófilo y sus elementos representativos son, en el sector norte de las
serranías (Fig. 44), Schinopsis lorentzii (Anacardiaceae), Aspidosperma quebracho-blanco
(Apocynaceae), Sarcomphalus mistol (Rhamnaceae) y Parkinsonia praecox (Fabaceae).
En los sectores central y del sur (Fig. 45) predominan Lithraea molleoides (Anacar-
diaceae); Zanthoxylum coco (Rutaceae); Ruprechtia apetala y Kageneckia lanceolata
(Rosaceae); Condalia buxifolia (Rhamnaceae); Vachellia aroma, V. caven y Prosopis
alba (Fabaceae); Schinus fasciculatus (Anacardiaceae); Celtis tala (Cannabaceae); y
Geoffroea decorticans (Fabaceae). Estos bosques alternan con palmares de Trithrinax
campestris (Arecaceae, Fig. 46) y matorrales o arbustales, que predominan a mayor
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 83
altura sobre el nivel del mar, donde las especies predominantes son Acanthostyles
buniifolius, Baccharis aliena (Fig. 47), B. articulata, B. cordobensis, Flourensia thurifera
y Vernonanthura nudiflora (Asteraceae); Colletia spinosissima, Condalia microphylla y
C. montana (Rhamnaceae); Lantana grisebachii y Lippia turbinata (Verbenaceae); Le-
pechinia floribunda (Lamiaceae), Buddleja cordobensis (Scrophulariaceae); Mandevilla
Fig. 46. Distrito Chaqueño Serrano, provincia del Chaco, palmar de Trithrinax campestris (Arecaceae), Pampa
de Pocho, Córdoba, Argentina. Fotografía: Antonia Oggero.
Fig. 47. Distrito Chaqueño Serrano, provincia del Chaco, arbustal con predominio de Baccharis aliena y Baccharis
articulata (Asteraceae), Alpa Corral, Córdoba, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
84 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 48. Gymnocalycium capillense (Cactaceae), especie endémica del distrito Chaqueño Serrano, provincia del
Chaco, Córdoba, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 85
Fig. 49. Spermacoce ostenii (Rubiaceae), especie endémica del distrito Chaqueño Serrano, provincia del Chaco,
Córdoba, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 50 (izquierda). Contomastix serrana (Teiidae), especie endémica del distrito Chaqueño Serrano, provincia
del Chaco. Fotografía: gentileza Ricardo Martori. Fig. 51 (derecha). Liolaemus saxatilis (Liolaemidae), especie
endémica del distrito Chaqueño Serrano, provincia del Chaco. Fotografía: gentileza Ricardo Martori.
Fig. 52. Cyanoliseus patagonus conlara (Psittacidae), subespecie endémica del distrito Chaqueño Serrano, pro-
vincia del Chaco. Fotografía: Antonia Oggero.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 87
Se extiende por la mitad occidental de Formosa y Chaco, Santiago del Estero, este
de Salta y este de Tucumán, llegando hasta La Rioja y Catamarca (Fig. 36). Su clima
es más seco que el del Distrito Chaqueño Oriental. La vegetación se caracteriza por
bosques xerófilos y algunos palmares, estepas halófilas sabanas edáficas o inducidas
por incendios o desmontes, el bosque de “quebracho colorado santiagueño” Schi-
nopsis lorentzii (Anacardiaceae) y “quebracho blanco” Aspidosperma quebracho-blanco
(Apocynaceae). Otros árboles importantes son Sarcomphalus mistol (Rhamnaceae);
Libidibia paraguariensis, Parkinsonia praecox y Prosopis kuntzei (Fabaceae); y Ceiba
chodatti (Malvaceae) (Fig. 53). En el estrato de árboles bajos y arbustos son comunes
Fig. 53. Distrito Chaqueño Occidental, provincia del Chaco. Bosque de Aspidosperma quebracho-blanco (Apo-
cynaceae) y Ceiba chodatti (Malvaceae), Simbol, Santiago del Estero, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
88 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 54. Castela coccinea (Simaroubaceae), especie característica del distrito Chaqueño Occidental, provincia
del Chaco, Santiago del Estero, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 89
Fig. 55. Provincia del Chaco, distrito Chaqueño Occidental, bosque de Aspidosperma quebracho-blanco (Apo-
cynaceae) con Opuntia quimilo (Cactaceae) y Vachellia caven (Fabaceae), Chancaní, Córdoba, Argentina. Foto-
grafía: Marcelo Arana.
Fig. 56. Tropidurus etheridgei (Tropiduridae), especie endémica del distrito Chaqueño Occidental, provincia del
Chaco. Fotografía: Marcelo Arana.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 91
Fig. 57. Vanzosaura rubricauda (Gymnophthalmidae), especie endémica del distrito Chaqueño Occidental, pro-
vincia del Chaco. Fotografía: Michel de Aguilar Passos, gentileza de Ricardo Martori.
Provincia Pampeana
Subregión Pampeana—Blyth, 1871:
428.
Formación de la Pampa—Holmberg,
1898: 403.
Área de la Pradera Pampeana—Hau-
man, 1920: 62.
Región de las Pampas—Shannon, 1927:
5.
Provincia del Pastizal Pampeano—Hau-
man, 1931: 59.
Área de la Estepa Pampeana—Parodi,
1934: 171,
Provincia Guaraní (en parte)—Mello-Lei-
tão, 1937: 246.
Distrito Pampásico—Cabrera & Yepes,
1940: 15.
Provincia Pampeana—Cabrera, 1951:
42, 1971: 22; Cabrera & Willink,
1973: 79; Cabrera, 1976: 42; Mo-
rrone, 2014a: 77; Apodaca et al.,
2015a: 90; Morrone, 2017: 199.
Fig. 58. Mapa de la provincia biogeográfica Pampeana en
Área de las Pampas—Hueck, 1957: 40. Argentina.
Dominio Pampásico—Ringuelet, 1961:
160.
Área de la Pampa—Hueck, 1966: 3.
Provincia de la Pampa—Fittkau, 1969: 642.
Región Pampeana—Rivas-Martínez & Navarro, 1994: mapa.
Ecorregión de la Pampas—Dinerstein et al., 1995: 99.
Ecorregión Pampa—Huber & Riina, 1997: 244; Burkart et al., 1999: 30; Matteucci, 2018f: 391.
Provincia de las Pampas—Nori et al., 2011: 1009.
Se extiende en el área centro-este de Argentina entre las latitudes 30 y 39° Sur (Fig.
58), con porciones disyuntas en Uruguay y alcanzando el sureste de Brasil cubriendo
el estado de Rio Grande do Sul. Presenta sabanas con Poaceae que pueden alcanzar
más de un metro de altura, intercaladas con bosques xéricos (Fig. 59), similares
fisonómicamente a los de la provincia del Chaco, pero con predominio de Prosopis
caldenia, P. alba, Geoffroea decorticans (Fabaceae), Celtis tala (Cannabaceae) y Schinus
fasciculatus (Anacardiaceae); y sabanas inundables y bosques en galería a lo largo
de los ríos, con predominio de Salix humboldtiana var. humboldtiana (Salicaceae),
Sambucus australis (Viburnaceae), Aloysia gratissima y Lippia turbinata (Verbenaceae),
Baccharis salicifolia (Asteraceae) y Cortaderia selloana (Poaceae), entre otras (Arana &
Bianco, 2011; Natale et al., 2019). Sobre la costa del océano Atlántico se desarrollan
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 93
Fig. 59. Provincia Pampeana, aspecto de la vegetación, sabanas de Cortaderia selloana (Poaceae) intercaladas
con bosques xéricos, con predominio de Celtis tala (Cannabaceae) y Vachellia caven (Fabaceae), Río Cuarto,
Córdoba, Argentina. Foto Marcelo Arana.
ambientes particulares como playas, marismas y médanos costeros (Fig. 60), donde
se distinguen planicies de marea y marismas con cangrejales, sometidos a la acción
de la marea, con la presencia conspicua de Neohelice granulata, Cyrtograpsus angulatus
y C. altimanus (Varunidae) y Uca uruguayensis (Ocypodidae). Las playas dunícolas
obstruyen parcial o totalmente el desagüe de los cursos fluviales, originándose la-
gunas, bañados y esteros de suelos salinos. La vegetación se caracteriza por la alta
dominancia de tres especies que suelen conformar un mosaico de parches: espar-
tillares de Sporobolus alterniflorus (Poaceae) en la marisma baja y espartillares de S.
densiflorus (Poaceae) con estepa de Sarcocornia perennis (Amaranthaceae) a elevaciones
mayores, acompañadas de los arbustos Cyclolepis genistoides (Asteraceae), Atriplex
undulata, Heterostachys ritteriana y Allenrolfea patagonica (Amaranthaceae) (González
Trilla & Blanco, 2017).
Los endemismos que caracterizan a la provincia Pampeana son Lycopodiella
tupiana (Lycopodiaceae); Jodina rhombifolia subsp. delasotae (Cervantesiaceae, Fig.
61, Arana & Luna, 2019); Colletia paradoxa (Rhamnaceae, Fig. 62); Lepidium bo-
elckeanum (Brassicaceae); Vicia graminea var. graminea y V. setifolia var. bonariensis
(Fabaceae, Vanni & Kurtz, 2005); Notiosciadium pampicola (Apiaceae); Ianthopappus
corymbosus, Criscia stricta, Panphalea bupleurifolia y Sommerfeltia spinulosa (Asteraceae);
Beauverdia sellowiana, B. vittata e Ipheion tweedieanum (Amaryllidaceae); Oplisme-
94 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 60. Provincia Pampeana, médanos costeros entre Necochea y bahía San Blas, en primer término, Senecio
bergii (Asteraceae), Buenos Aires, Argentina. Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
Fig. 61. Jodina rhombifolia subsp. delasotae (Cervantesiaceae), endemismo de la provincia Pam-
peana. Fotografía: gentileza Andrés González.
Fig. 63. Apteroathlia nox (Scarabaeidae), endemismo de la provincia Pampeana. Fotografía: gentileza Gastón
Zubarán.
Pimelodella, Rhamdia y Oligosarcus, así como moluscos fósiles del mismo periodo,
como Biomphalaria sp. (Planorbiidae), Uncancylus sp. (Ancylidae) y Heleobia sp.
(Heleobiidae), lo que indicaría que las biotas acuáticas pampeanas han permanecido
relativamente estables desde el Pleistoceno Medio (Bogan et al., 2020). En cambio,
la fauna terrestre pampeana sufrió grandes cambios durante el Pleistoceno, ya que
los grandes mamíferos presentes (conocidos en conjunto como “megafauna”) que
incluían especies de Cingulata, Notoungulata, Tardigrada y Litopterna, o incluso
linajes holárticos como proboscídeos, se extinguieron al final del Pleistoceno, posi-
blemente debido a grandes cambios climáticos y vegetacionales, a los que se le sumó
el impacto antropogénico (Barnosky et al., 2004; Brandoni et al., 2016).
En la provincia Pampeana se han reconocido cinco distritos: Pampeano Austral,
Pampeano Oriental, Espinal, Pampeano Occidental y Uruguayense (Cabrera, 1971,
1976; Morrone, 2014a).
Ocupa el sur de Buenos Aires, desde la cadena de sierras de Olavarría, Azul, Tandil,
Balcarce y Mar del Plata, hasta cerca de Bahía Blanca (Fig. 58). En su parte oriental
limita con el distrito del Espinal, formando una amplia zona de transición. Se ex-
tiende sobre suelos poco profundos, con rocas o con una capa de tosca dura a poca
profundidad. Además, en su borde nordeste y en su parte sur se levantan cadenas de
montañas que alcanzan a 1300 m en Sierra de La Ventana (Fig. 64). El clima es más
frío y seco que en los distritos septentrionales, pudiendo haber nevadas durante el
invierno. La vegetación predominante es la estepa de gramíneas, formada por gran-
des matas del género Nassella, entre las cuales el suelo queda desnudo durante gran
parte del año. La estepa de flechillas es la comunidad dominante en la región, con
los géneros Nassella y Piptochaetium (Poaceae). Las especies dominantes son Nassella
neesiana, N. trichotoma, N. tenuis, Piptochaetium napostaense, P. lejopodum y Poa ligularis.
Además, son muy abundantes Amelichloa ambigua, A. caudata, Nassella tenuissima, N.
filiculmis, Piptochaetium cabrerae, P. stipoides, P. montevidense, Bromus catharticus var.
rupestris, Melica macra, M. bonariensis y Hordeum pusillum (Poaceae). Hay estepas de
Jarava caudata, Paspalum quadrifarium, Bromus catharticus y Poa bonariensis en suelos
algo más húmedos que los de la comunidad anterior, siendo frecuentes en los campos
ondulados próximos a Mar del Plata, Tornquist y otros puntos del distrito. Estepas
de Jarava ambigua son características de las laderas bajas y valles de la Sierra de La
Ventana y de otros puntos del sur del distrito. Además, existen numerosas comu-
nidades edáficas, como matorrales de Colletia paradoxa, Discaria americana (Rham-
naceae, Fig. 65), Baccharis dracunculifolia subsp. tandilensis (Asteraceae) y Dodonaea
viscosa (Sapindaceae) en los suelos rocosos de Tandil, Balcarce y Mar del Plata. Entre
las especies endémicas que caracterizan este distrito, se encuentran Gymnocalycium
98 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 64. Distrito Pampeano Austral, provincia Pampeana, Sierra de la Ventana, Buenos Aires, Argentina. Foto-
grafía: gentileza María Gabriela Luna.
Fig. 65. Provincia Pampeana, distrito Pampeano Austral, matorral de Discaria americana (Rhamnaceae),
Sierra de la Ventana, Buenos Aires, Argentina. Fotografía: gentileza María Gabriela Luna.
Fig. 66. Plantago bismarkii (Plantaginaceae), endemismo del distrito Pampeano Austral, provincia Pam-
peana. Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
100 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Se extiende por el norte y este de Buenos Aires, hasta Tandil y Mar del Plata (Fig.
58). Su límite austral lo forman las cadenas de sierras que nacen en el cabo Corrien-
tes y llegan hasta el oeste de Olavarría. Se caracteriza por la presencia de flechillares
de Piptochaetium montevidense, Nassella neesiana y Bothiochloa laguroides (Poaceae),
acompañados de Aristida murina, Jarava plumosa, Piptochaetium bicolor, Chascolytrum
brizoides, Melica brasiliana, Danthonia montevidensis, Nassella charruana, Poa bonariensis
y Agrostis montevidensis (Poaceae), Baccharis articulata, B. coridifolia, Lessingianthus
rubricaulis y Acanthostyles buniifolius (Asteraceae), y Heimia salicifolia (Lythraceae). Al
sur de Buenos Aires predominan los talares (Fig. 67) de Celtis tala (Cannabaceae),
Jodina rhombifolia subsp. delasotae (Cervantesiaceae), Scutia buxifolia (Rhamnaceae),
Schinus longifolius (Anacardiaceae) y Sambucus australis (Viburnaceae).
Fig. 67. Distrito Pampeano Oriental, provincia Pampeana, talares en galería de Celtis tala (Cannabaceae) con
Typha dominguensis (Typhaceae), Punta Indio, Buenos Aires, Argentina. Fotografía: gentileza Luján Luna.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 101
El área ocupada por el Espinal fue identificada por Holmberg (1898) como “monte
alto”, posteriormente delimitada por Roveretto (1914) y a la que luego Frenguelli
(1941) denominó “monte periestépico”, definiéndolo fisonómicamente como una
formación boscosa espinosa que se ubica rodeando a la estepa pampeana. Se extiende
como un arco irregular que rodea los restantes distritos de la provincia Pampeana,
desde el centro de Corrientes y norte de Entre Ríos hasta el centro de Santa Fe y
Córdoba, San Luis, el centro de La Pampa y el sur de Buenos Aires (Fig. 58). Hacia
el este se prolonga a lo largo de las barrancas del Paraná, hacia el oeste penetra por
las depresiones del terreno y a lo largo de los ríos, acompañadas por otras especies
que comparte con la provincia del Chaco, con árboles de menor porte y sin la
presencia de entidades del género Schinopsis (Anacardiaceae). Cubren este distrito
llanuras, serranías bajas y medanales; con un clima cálido y húmedo en la porción
norte, y templado y seco en la parte oeste. La vegetación predominante es el bosque
xerófilo, además encontramos palmares, sabanas graminosas y estepas (Fig. 68).
Caracteriza este distrito la dominancia de especies arbóreas del género Prosopis;
hacia el norte domina P. affinis en Entre Ríos y norte de Santa Fe mientras que
P. alba y P. nigra se extienden más ampliamente por la zona central de Santa Fe y
Córdoba. Además, se observa la presencia de palmeras de la especie Tritrinax cam-
pestris (Arecaceae), que puede formar asociaciones puras o hallarse mezclada con el
bosque. En la región central y sur de Córdoba, centro sur de San Luis, centro de La
Pampa y sur de Buenos Aires la vegetación característica es el bosque xerófilo, con
predominio de Prosopis caldenia, P. alba, P. flexuosa, Geoffroea decorticans y Vachellia
caven (Fabaceae); Aspidosperma quebracho-blanco (Apocynaceae); Celtis tala (Canna-
baceae); Schinus fasciculatus (Anacardiaceae); y Jodina rhombifolia subsp. rhombifolia
(Cervantesiaceae) (Fig. 69). En el estrato arbustivo se encuentran acompañados por
Ephedra triandra (Ephedraceae); Sida rhombifolia (Malvaceae); Porlieria microphylla
(Zygophyllaceae); Erythrostemon gilliesii var. gilliesii (Fabaceae); Cestrum parqui, Ly-
102 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 68. Distrito del Espinal, provincia Pampeana, caldenal de Prosopis caldenia (Fabaceae), con Jarava ichu
(Poaceae), Villa Sarmiento, Córdoba, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 72. Distrito del Espinal, provincia Pampeana. Arbustal con Gaillardia cabrerae (Asteraceae), especie endé-
mica del distrito, Sierras de Lihuel Calel, La Pampa, Argentina. Fotografía: gentileza Aníbal Prina.
Fig. 73. Distrito Pampeano Occidental, provincia Pampeana, arbustales de halófitas Heterostachys ritteriana,
Sarcocornia neei (Amaranthaceae) y Tricerma vitis-idaeum (Celastraceae), Bañados del Saladillo, Córdoba,
Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
106 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 74. Distrito Pampeano Occidental, provincia Pampeana, espartillar con Sporobolus spartinus (Poaceae),
Laguna La Felipa, Córdoba, Argentina. Fotografía: Antonia Oggero.
Distrito Uruguayense
Provincia Uruguayense—Hauman, 1931: 59; Dos Santos et al., 2016: 368.
Distrito Uruguayense—Cabrera, 1951: 44, 1971: 25; Cabrera & Willink, 1973: 80; Cabrera, 1976: 43;
Morrone, 2014a: 79, 2017: 202.
Fig. 75. Distrito Uruguayense, provincia Pampeana: pastizal con predominio de Paspalum stellatum (Poaceae),
Belén, Salto, Uruguay. Fotografía: gentileza Andrés Gonzalez.
108 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Zona de Transición Sudamericana—Morrone, 2004a: 158, 2014a: 82, 2017: 213, 2018b: 161.
Superregión Andina Sur Tropical—Rivas-Martínez et al., 2011: 27.
Región Andina Sur Tropical—Rivas-Martínez et al., 2011: 27.
Provincia de la Puna
Formación de la Puna—Holmberg, 1898:
433.
Subregión de la Puna—Goetsch, 1931:
2.
Distrito de la Puna—Osgood, 1943: 27.
Provincia de la Puna—Cabrera, 1951:
52; Morrone, 2014a: 86, 2017:
225, 2018b: 189.
Región de la Cordillera—Andina del Nor-
te)—Peña, 1966a: 5.
Provincia Altoandina (en parte)—Cabre-
ra, 1971: 30.
Distrito Altoandino Quichua—Cabrera,
1971: 30.
Provincia Puneña—Cabrera & Willink,
1973: 87; Cabrera, 1976: 59; Apo-
daca et al., 2015a: 96; Brignone et
al., 2016: 327.
Centro de la Puna—Müller, 1973: 92.
Zona Altiplánica—Artigas, 1975: mapa. Fig. 76. Mapa de la provincia biogeográfica de la Puna en
Zona de la Puna—Artigas, 1975: mapa. Argentina.
Fig. 77. Provincia de la Puna, distrito Jujeño, estepa arbustiva de Baccharis boliviensis, Aparzo, Jujuy, Argentina.
Fotografía: gentileza Luján Luna.
112 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
La palabra Puna proviene del quechua, y significa tierra alta y fría. Conformada por
una meseta de altitud, entre los 3800-4500 m, desde el sur de Perú hasta el noroeste
de la Argentina, en las provincias de Jujuy, Salta y Catamarca (Fig. 76), entre los
15° y 27° de latitud sur (Morrone, 2014a). Hacia el este, la Puna se extiende hasta
la Sierra de Santa Victoria, los nevados de Chañi y Cachi, y la sierra de Quilmes o
Fig. 78. Provincia de la Puna, distrito Jujeño, ejemplar de Oreocereus celsianus (Cactaceae) en la estepa arbus-
tiva, Aparzo, Jujuy, Argentina. Fotografía: gentileza Luján Luna.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 113
Fig. 79. Provincia de la Puna, distrito Jujeño, pastizal de Festuca ortophylla (Poaceae), Hornocal, Jujuy, Argentina.
Fotografía: gentileza Luján Luna.
Fig. 80. Provincia de la Puna: distrito Jujeño, estepa arbustiva (tolar), pastizal y vega, Hornocal, Jujuy, Argentina.
Fotografía: gentileza Luján Luna.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 115
Fig. 81. Prosopis ferox (Fabaceae), especie característica del distrito Jujeño, provincia de la Puna. Fotografía:
Marcelo Arana.
Distrito Jujeño
Distrito Jujeño—Martínez Carretero, 1995: 30; Morrone, 2014a: 88, 2017: 227, 2018b: 194.
Subregión Altos Andes Desérticos—Matteucci, 2018a: 29.
Subregión Septentrional (en parte)—Matteucci, 2018b: 119.
Subregión Meridional (en parte)—Matteucci, 2018b: 136.
Se ubica entre los 22° y 25°30’ S; en la Argentina abarca sectores de las provincias
de Jujuy, Salta y norte de Catamarca. El distrito Jujeño es una gran planicie donde
la vegetación consiste de estepas arbustivas o “tolares” (Fig. 77), formadas por aso-
ciaciones de arbustos en general perteneciente a los géneros Baccharis (B. boliviensis
y B. tola), Parastrephia (P. lucida y P. quadrangularis) y Plazia (P. daphnoides), acom-
pañados de Oreocereus celsianus (Cactaceae, Fig. 78), que crecen dispuestos en forma
más o menos densa. Otros ambientes característicos son los pastizales o pajonales,
en general monoespecíficos, particularmente de Festuca ortophylla (Poaceae, Fig. 79),
y en ambientes de quebradas y altura, los bosquecillos de Polylepis (P. tomentella y
P. tarapacana), conocidos localmente como queñoa. Las vegas (Fig. 80) son lugares
permanentemente húmedos, con una vegetación verde todo el año, que retienen
el agua que cae en forma de lluvias o nevadas, y se acumula en las depresiones y
forma lagunas que son muy extensas y de poca profundidad, con una flora y fauna
particular. En las depresiones salinas se encuentran comunidades dominadas por
Frankenia triandra (Frankeniaceae), formando cojines, y acompañada con frecuencia
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 117
Fig. 82. Senecio punae (Asteraceae), especie endémica del distrito Jujeño, provincia de la Puna. Fotografía:
gentileza Fernando Zuloaga e Instituto Darwinion.
por Lycium humile (Solanaceae), Sporobolus rigens var. atacamensis y Distichlis humilis
(Poaceae).
Las especies endémicas que caracterizan a este distrito, además de las mencio-
nadas, son Baccharis fimbriata (Heiden, 2020), Chersodoma candida, Hyaloseris cata-
maquiensis, Mutisia friesiana, M. hamata, M. homoeantha, M. kurtzii var. pinnata, M.
ledifolia, M. orbignyana, Senecio punae (Fig. 82), Xenophyllum incisum var. incisum, X.
poposum, X. pseudodigitatum y X. rosenii (Asteraceae); Jaborosa parviflora, Fabiana
bryoides, Lycium humile y Nicotiana longibracteata (Solanaceae); Puna subterranea, Tu-
nilla tilcarensis y Yavia (Cactaceae); Nassella arcuata (Poaceae); Liolaemus dorbignyi,
L. huayra, L. inti, L. puritamensis, y L. scrocchii (Liolaemidae, Abdala et al., 2008).
Análisis panbiogeográficos utilizando varios taxones han dado como resultado que
la Puna argentina constituye un nodo, con estrechas relaciones con la provincia del
Páramo (Vuilleumier, 1986; Morrone, 1994a, 1994b; Posadas et al., 1997; Katinas et
al., 1999; Mihoè et al., 2006).
118 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 84. Lithodraba mendocinensis (Brassicaceae), especie endémica de la provincia Altoandina Cuyana, Reserva
provincial Laguna del Diamante, Mendoza, Argentina. Fotografía: gentileza Aníbal Prina.
Fig. 85. Chaetanthera spathulifolia (Asteraceae), especie endémica de la provincia Altoandina Cuyana, Cristo
Redentor, Mendoza, Argentina. Fotografía: gentileza Marcela Ferreira.
120 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
ocupan sectores deprimidos y fondos de los valles. Por arriba de 4000-4100 y hasta
4600 m snm, la especie dominante por excelencia es Festuca orthophylla (Poaceae),
que forma matas más o menos circulares. La vegetación está caracterizada por la
presencia de las especies endémicas Adesmia aegiceras, A. pinifolia y A. subterranea
(Fabaceae); Lithodraba mendocinensis (Brassicaceae, Fig. 84); Asteriscium famatinense,
Azorella cryptantha y A. ruizii (Apiaceae); Chaetanthera chilensis var. tenuifolia y C.
spathulifolia (Fig. 85), Chuquiraga ruscifolia, Hieracium catamarcense, Huarpea andina,
Mutisia linifolia, M. sinuata, Nassauvia cumingii, Oriastrum acerosum var. acerosum,
O. acerosum var. dasycarpum, O. lycopodioides, O. pentacaenoides y Trichocline dealbata
(Asteraceae); Oxychloe mendocina (Juncaceae); y Pappostipa nicorae (Poaceae). Se ha
postulado que los géneros monotípicos endémicos Huarpea y Lithodraba posible-
mente constituyan relictos de una flora árida del Neógeno (Ezcurra, 2017). Por
otro lado, Senecio, representado por varias especies estrechamente relacionadas, re-
presentan una diversificación reciente asociada con las fluctuaciones climáticas del
Cuaternario (Ezcurra, 2017), siendo los ambientes altoandinos cuyanos el principal
lugar de endemismo del género (Elías & Aagesen, 2019). También son característi-
cas Trichocereus atacamensis y T. terscheckii (Cactaceae), conocidas localmente como
cardones. Entre los animales conspicuos endémicos de esta provincia, y presentes en
Argentina, encontramos Euathlus grismadoi y E. mauryi (Theraphosidae); Liolaemus
andinus subsp. andinus, L. ruibali, L. buergeri, L. eleodori, L. fitzgeraldi y Phymaturus
punae (Liolaemidae); Homonota andicola (Phyllodactylidae); Asthenes modesta serrana
y Geositta isabellina (Furnariidae); Sicalis auriventris (Thraupidae); y Euneomys mor-
dax (Cricetidae). De acuerdo con Aagesen et al. (2012), esta provincia posee sectores
con alta concentración de endemismos en plantas vasculares en el sur de los Andes
centrales.
En la provincia Altoandina Cuyana aquí reconocemos tres distritos: Diaguita,
Cuyano y Huarpe (Fig. 83).
Fig. 86. Distrito Diaguita, provincia Altoandina Cuyana, arbustal con Baccharis tola (Asteraceae) y pastizal en
proximidades del cerro Tocino, Famatina, La Rioja, Argentina. Fotografía: gentileza Xóchitl Yáoyotl.
Fig. 89. Distrito Cuyano, provincia Altoandina Cuyana, Parque provincial Aconcagua, Mendoza, Argentina.
Fotografía: Evangelina Natale.
124 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 90. Distrito Cuyano, provincia Altoandina Cuyana, vega y laguna temporaria, Parque provincial Aconcagua,
Mendoza, Argentina. Fotografía: Evangelina Natale.
Fig. 91. Chiliophyllum densifolium (Asteraceae), especie endémica del distrito Cuyano, provincia Altoandina
Cuyana, Reserva Laguna del Diamante, Mendoza, Argentina. Fotografía: Gentileza Aníbal Prina.
Se ubica desde el centro-sur de Mendoza hasta el norte de Neuquén (Fig. 83), con
una amplia distribución altitudinal, desde los 2000 m hasta alrededor de los 3700 m
(Roig, 1998), e incluye a la Cordillera del viento, que comienza en el paraje Chacay
Melehue, termina en el volcán Domuyo (4.709 m snm, Fig. 92), y constituye un blo-
que tectónicamente elevado que expone afloramientos neopaleozoicos. La vegetación
del distrito está conformada por pastizales o coironales, con la presencia de Festuca
acanthophylla (Poaceae), asentados en suelos arenosos, alternando con comunidades
arbustivas de Adesmia pinifolia y A. obovata (Fabaceae), Chuquiraga oppositifolia (As-
teraceae), Colliguaja integerrima (Euphorbiaceae) y Azorella prolifera (Apiaceae), que
se ubican preferentemente en sectores rocosos (Fig. 93). En las vegas y arroyos se
encuentran especies de los géneros Oxychloe y Patosia (Juncaceae). Se caracteriza por
126 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 92 (arriba). Distrito Huarpe, provincia Altoandina Cuyana, volcán Domuyo, Neuquén, Argentina. Fotografía:
gentileza Aníbal Prina. Fig. 93 (abajo). Distrito Huarpe, provincia Altoandina Cuyana, arbustales de Chuquiraga
oppositifolia (Asteraceae), Colliguaja integerrima (Euphorbiaceae) y Azorella prolifera (Apiaceae), con pastiza-
les de Festuca acanthophylla (Poaceae), camino a Lagunas Varvaco, Neuquén, Argentina. Fotografía: gentileza
Aníbal Prina.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 127
Fig. 94. Anarthrophyllum burkartii (Fabaceae), especie endémica del distrito Huarpe, provincia Altoandina
Cuyana, volcán Domuyo, Neuquén, Argentina. Fotografía: gentileza Aníbal Prina.
Fig. 96. Provincia del Monte, aspecto de la vegetación, con Larrea cuneifolia, Bulnesia retama (Zygophyllaceae)
y Opuntia sulphurea var. sulphurea (Cactaceae). Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 97 (izquierda). Larrea divaricata (Zygophyllaceae), especie característica de la provincia del Monte. Foto-
grafía: Marcelo Arana. Fig. 98 (centro). Plectrocarpa tetracantha (Zygophyllaceae), especie representativa de la
provincia del Monte. Fotografía: Marcelo Arana. Fig. 99 (derecha). Monttea aphylla (Plantaginaceae), especie
que caracteriza a la provincia del Monte. Fotografía: gentileza Andrea Bayetto.
Fig. 100. Anomopsioides heteroclyta (Scarabaeidae) especie típica de la provincia biogeográfica del Monte y
endémica de la República Argentina. Fotografía: gentileza Gastón Zubarán.
Fig. 101. Distrito Prepuneño, provincia del Monte, proximidades de Tilcara, Jujuy, Argentina. Fotografía: Mar-
celo Arana.
Distrito Prepuneño
Provincia Prepuneña—Cabrera, 1951: 40 (non Morrone, 1999); Cabrera & Willink, 1973: 76; Cabrera,
1976: 34; Brignone et al., 2016: 334.
Subregión de los Cardonales de Laderas—Burkart et al., 1999: 14.
Ecorregión del Monte de Sierras y Bolsones (en parte)—Burkart et al., 1999: 13.
Área del Monte Alto (en parte)—Abraham et al., 2009: 145.
Provincia Andina—Roig et al., 2009: 164.
Complejo Prepuna—Matteucci, 2018b: 97.
Provincia de la Prepuna—Apodaca et al., 2015a: 95.
Distrito Prepuneño—Morrone & Ezcurra, 2016: 2; Morrone, 2017: 234, 2018b: 211.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 133
Fig. 102. Distrito Prepuneño, provincia del Monte, proximidades de Purmamarca, Jujuy, Argentina. Fotografía:
Antonia Oggero.
Incluye una porción del sur de Bolivia y se extiende hacia el sur hasta el centro de
Salta en Argentina, aproximadamente entre los 1000 a 3500 m (Fig. 95). El promedio
de precipitación anual varía entre 100 a 175 mm, estando las lluvias concentradas en
el verano. La vegetación se caracteriza por su carácter xerofítico; como formaciones
dominantes encontramos arbustales espinosos deciduos, en los cuales hay Cactaceae
columnares (Fig. 101) y rastreras que a veces adquieren carácter dominante (Fig.
102), entre las cuales podemos citar a Trichocereus atacamensis (Fig. 103) y T. tarijensis.
Los arbustales están especialmente asociados con cursos de agua o conos aluviales Se
caracteriza por las siguientes especies endémicas: Echeveria argentinensis var. kieslingii
(Crassulaceae, Fig. 104, Pino et al., 2019); Parkinsonia andicola (Fabaceae); Sclero-
phylax adnatifolia y Nierembergia browallioides (Solanaceae); Lantana magnibracteata y
L. tilcarensis (Verbenaceae); Baccharis efusa, Mutisia kurtzii var. pinnata, Porophyllum
cabrerae y Stachycephalum argentinum (Asteraceae); Entomoderes zupai (Tenebrionidae,
Flores & Roig-Juñent, 1997); y Lophospingus griseocristatus (Thraupidae).
134 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Distrito Septentrional
Área Central—Roig-Juñent et al., 2001: 87.
Área Septentrional—Roig-Juñent et al., 2001: 86.
Distrito Septentrional—Roig et al., 2009: 167; Morrone, 2014a: 90, 2017: 234, 2018b: 211.
Subdistrito Central—Roig et al., 2009: 168.
Subdistrito Pampa—Roig et al., 2009: 168.
Subdistrito de Tucumán-Salta—Roig et al., 2009: 168.
Subregión del Monte sensu stricto—Rodríguez et al., 2018c: 270.
Subregión Monte-Chaco—Rodríguez et al., 2018c: 280.
Subregión Septentrional—Matteucci, 2018j: 358.
Ocupa la mayor parte del Monte argentino, desde Salta, pasando por el sur de
Mendoza, sur de La Pampa hasta el extremo sur de Buenos Aires (Fig. 95). La pre-
cipitación anual está en el rango de 200 a 400 mm. La vegetación está caracterizada
por arbustos dispersos (Fig. 105) o dispuestos en forma densa denominados jarillales
(Fig. 106), siempre con abundancia de Zygophyllaceae y la presencia de árboles del
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 135
Fig. 105. Distrito Septentrional, provincia del Monte, arbustal disperso, Talampaya, La Rioja, Argentina. Foto-
grafía: Evangelina Natale.
Fig. 106. Distrito Septentrional, provincia del Monte, arbustal denso, “jarillal”, proximidades de Malargüe,
Mendoza, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
136 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 109. Karumia pallidipennis (Dascillidae), especie endémica del distrito Septentrional, provincia del Monte,
Argentina. Fotografía: gentileza Gastón Zubarán.
Distrito Erémico
Distrito Erémico—Roig et al., 2009: 166; Morrone, 2014a: 90, 2017: 235, 2018b: 210.
Área del Valle de Uspallata-Callingasta—Roig-Juñent et al., 2001: 87.
Fig. 110. Distrito Erémico, provincia del Monte, aspecto del “jarillal”, Valle de Calingasta, San Juan, Argentina.
Fotografía: Gonzalo Martínez.
Fig. 111. Distrito Erémico, provincia del Monte, aspecto de la vegetación en la base de los cerros, Valle de
Calingasta, San Juan, Argentina. Fotografía: Gonzalo Martínez.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 139
Distrito Austral
Distrito Arbustivo Atlántico—Roig, 1998: 137.
Distrito del Monte Pampeano—Roig, 1998: 136.
Distrito del Monte Patagónico—Roig, 1998: 136.
Ecorregión del Monte de Llanuras y Mesetas—Burkart et al., 1999: 32.
Área Austral—Roig-Juñent et al., 2001: 87.
Área de la Península de Valdés—Roig-Juñent et al., 2001: 87.
Distrito Austral—Roig et al., 2009: 168; Morrone, 2014a: 91, 2017: 235, 2018b: 212.
Subdistrito de la Patagonia Septentrional—Roig et al., 2009: 168.
Subdistrito de la Península de Valdés y Punta Ninfas—Roig et al., 2009: 165.
Subdistrito del Golfo de San Jorge y Punta Ninfas o Arbustivo Atlántico—Roig et al., 2009: 168.
Subdistrito Patagónico Austral—Roig et al., 2009: 168.
Subregión Austral—Matteucci, 2018j: 371.
Se extiende al sur del río Colorado, incluye extensas planicies de suelo arenoso
desde la base de los Andes hasta la costa atlántica (Fig. 95). El promedio de lluvia
anual es de 100 a 500 mm. La vegetación predominante es el arbustal achaparrado
(Fig. 112), en especial el jarillal de Larrea ameghinoi (Zygophyllaceae), que en el
sur es remplazada por Chuquiraga avellanedae (Asteraceae Fig. 113). Estas especies
Fig. 112. Distrito Austral, provincia del Monte, aspecto de la vegetación en la península Valdés, con la presencia
de Rhea pennata pennata (Rheidae), Chubut, Argentina. Fotografía: Antonia Oggero.
140 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 113. Distrito Austral, provincia del Monte, aspecto de la vegetación con predominio de Chuquiraga avella-
nedae (Asteraceae) en la península Valdés, con presencia de Spheniscus magellanicus (Spheniscidae), Chubut,
Argentina. Fotografía: Antonia Oggero.
Fig. 114. Frankenia fischeri (Frankeniaceae), especie endémica del distrito Austral, provincia del Monte, orilla
del Río Colorado, La Pampa, Argentina. Fotografía: gentileza Aníbal Prina.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 141
Fig. 115. Liolaemus martorii (Liolaemidae). Arriba: vista dorsal; abajo: vista ventral. Especie endémica del distrito
Austral, provincia del Monte, Villa Balnearia, Buenos Aires, Argentina. Fotografía: gentileza Carolina Block.
Provincia Comechingones
Pastizales Alpinos de la Zona Subandina—Kurtz, 1904: 273.
Bosques de Tabaquillo de la Zona Subandina—Kurtz, 1904: 281.
Pastizales y Bosquecillos de Altura—Luti et al., 1979: 342.
Provincia Comechingones—Martínez et al., 2017: 486; Morrone, 2018b: 213.
Fig. 117. Provincia Comechingones, pastizal de Festuca hieronymi (Poaceae), Alpa Corral, Córdoba, Argentina.
Fotografía: Antonia Oggero.
Fig. 118. Provincia Comechingones, bosque de Polylepis australis (Rosaceae), “tabaquillo”, en forma de “isletas”
entre las quebradas protegidas, Merlo, San Luis, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
144 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 119. Provincia Comechingones, ejemplares de Polylepis australis (Rosaceae), Merlo, San Luis, Argentina.
Fotografía: Antonia Oggero.
Fig. 120. Escallonia cordobensis (Escalloniaceae), especie endémica de la provincia Comechingones, proximi-
dades de Pampa de Pocho, Córdoba, Argentina. Fotografía: Antonia Oggero.
Fig. 121. Provincia Comechingones, mallín, Alpa Corral, Córdoba, Argentina. Fotografía: Antonia Oggero.
146 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 124. Zoniopoda crenata (Romaleidae), hembra, especie endémica de la provincia Comechingones, Cerro
El Amago, San Luis, Argentina. Fotografía: gentileza Martina Pocco.
Fig. 125. Zoniopoda serrana (Romaleidae), macho, especie endémica de la provincia Comechingones, Cerro La
Banderita, Córdoba, Argentina. Fotografía: gentileza Martina Pocco.
148 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 126 (izquierda). Rhinella achalensis (Bufonidae), especie endémica de la provincia Comechingones, Pampa
de Achala, Córdoba, Argentina. Fotografía: cortesía Ricardo Martori.
Fig. 127 (derecha). Odontophrynus achalensis (Odontophrynidae), especie endémica de la provincia Comechin-
gones, Pampa de Achala, Córdoba, Argentina. Fotografía: cortesía Ricardo Martori.
Fig. 128. Pristidactylus achalensis (Leiosauridae), arriba macho, abajo hembra, especie endémica de la provincia
Comechingones, Pampa de Achala, Córdoba, Argentina. Fotografía: cortesía Ricardo Martori.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 149
Región Andina
Subregión Peruana (en parte)—Blyth, 1871: 428.
Subregión Chilena (en parte)—Wallace, 1876: 78.
Región Andina—Engler, 1882: 346; Morrone, 2018b: 43.
Reino Andino—Drude, 1890: 158.
Subárea Argentina—Clarke, 1892: 381.
Subregión Patagónica—Sclater & Sclater, 1899: 65.
Dominio Andino (en parte)—Hauman, 1931: 62; Ringuelet, 1961: 160.
Dominio Sudamericano Templado—Hauman, 1931: 62.
Subregión Austral—Ringuelet, 1975: 107; Almirón et al., 1997: 23.
Subreino Andino—Rivas-Martínez & Tovar, 1983: 516.
Subregión Argentina (en parte)—Smith, 1983: 462.
Región Patagónica—Takhtajan, 1986: 253.
Subreino Austroamericano (en parte)—Rivas-Martínez & Navarro, 1994: mapa.
Región Neotemplada (en parte)—Amorim & Pires, 1996: 187.
Subregión Andina—Morrone, 1996: 105.
Región Patagónico-Andina—Daniels & Veblen, 2000: 225.
Región Chileno-Patagónica—Cox, 2001: 519.
Región Sudamericana Templada—Kreft & Jetz, 2010: 2044.
Región Ando-Patagónica—Stonis et al., 2016: 561.
La región Andina integra el reino Austral, junto con las regiones Antártica, Austra-
liana y Capense (Morrone, 2015b, 2015c). Su relación más estrecha es con la región
Australiana (Morrone, 1992, 2002, 2006, 2014a; Lopretto & Morrone, 1998; Craw
et al., 1999; Heads, 2006; Moreira-Muñoz, 2007). La región Andina comprende, en
toda su extensión, las subregiones Subantártica, Chilena Central y Patagónica, y se
superpone con la región Neotropical en la Zona de Transición Sudamericana. De
150 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
129. Escallonia serrata (Escaloniaceae), especie endémica de la región Andina. Fotografía: gentileza Daniel
Testoni.
Figura 130. Phalcoboenus australis (Falconidae), especie endémica de la región Andina. Fotografía: gentileza
Daniel Testoni.
Fig. 131. Podiceps gallardoi (Podicipedidae), especie endémica de la región Andina. Fotografía: gentileza Darío
Podesta.
recuperado especies fósiles en el área (Escapa et al., 2018). Los Andes australes co-
menzaron a formarse en el Eoceno, pero su máxima elevación se dio desde la mitad
del Mioceno, hace aproximadamente 15 millones de años, hasta el Plioceno Tem-
prano. Al mismo tiempo, a partir de la mitad del Mioceno, Sudamérica se terminó
de separar de la Antártida, lo que permitió el máximo desarrollo de la Corriente
Circumpolar Antártica, y comenzó un extenso ciclo tendiente a una mayor aridez y
heterogeneidad ambiental (Ezcurra et al., 2014). Se ha hipotetizado que gran parte de
la biota andina se originó en la Patagonia y luego gradualmente se expandió hacia
el norte, llegando incluso hasta la provincia del Páramo, desde el Paléogeno hasta
el Pleistoceno, con la reducción del cinturón climático cálido y la conversión de
bosques tropicales nublados en comunidades templadas y áridas (Rapoport, 1968;
Kuschel, 1969; Morrone, 1994a, 2018b; Hechem et al., 2011). Desde el Paleoceno
Temprano al Pleistoceno Tardío, las condiciones climáticas del sur de América del
Sur cambiaron desde templado, húmedo y sin estaciones marcadas a ser más frío,
seco y con estaciones marcadas. Los biomas cambiaron de bosques tropicales y
subtropicales a estepas, a través de la secuencia bosques subtropicales, sabana leño-
154 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Provincia Patagónica
Provincia Patagónica—Mello-Leitão, 1939: 605; Cabrera, 1971: 33; Cabrera & Willink, 1973: 93;
Cabrera, 1976: 64; Roig, 1998: 137; Apodaca et al., 2015a: 93; Morrone, 2018b: 139.
Distrito Patagónico—Osgood, 1943: 27.
Zona de la Estepa—Mann, 1960: 41.
Dominio Patagónico—Ringuelet, 1961: 160.
Ecorregión de la Estepa Patagónica—Dinerstein et al., 1995: 102; Burkart et al., 1999: 33.
Provincia Patagónica Central—Morrone, 2001c: 130.
Region de la Estepa Patagónica—Roig-Juñent et al., 2001: 558.
Provincia de la Estepa Patagónica—Roig et al., 2009: 164.
Ecorregión Estepa Patagónica—Matteucci, 2018i: 611.
Sur de Argentina, desde el sur de Mendoza hasta el norte de Tierra del Fuego (Fig.
132). Incluye mesetas y montañas bajas, con suelos arenoso-pedregosos, pobres en
materia orgánica. Estos suelos poseen una naturaleza muy particular, volcánico-
piroclástica, producto de un incesante vulcanismo, que incluso se mantiene en las
gravas tehuelches y los sedimentos más finos como las arenas de médanos y playas
y sedimentos eólicos, fluviales, lacustres, glaciales y litorales (Teruggi, 1998). El
clima es frío y seco, con fuertes y frecuentes vientos; existen heladas durante casi
todo el año. El rango de lluvias es de 100 y 300 mm, alcanzando 500 mm en el
borde occidental. La vegetación está conformada por una estepa arbustiva con ma-
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 155
tas esencialmente áfilas o con hojas reducidas y espinosas, o matas en cojín, como
Azorella prolifera (Apiaceae), Berberis microphylla (Berberidaceae), Schinus patagonicus
(Anacardiaceae), Chuquiraga avellanedae, Anarthrophyllum desideratum y Nassauvia
glomerulosa (Asteraceae), Mulguraea tridens (Verbenaceae), y pastizales o coironales
de Poaceae de los géneros Nassella y Festuca, donde predominan las especies Festuca
gracillima, F. pallescens y Pappostipa speciosa. Entre los endemismos que caracterizan a
esta provincia encontramos los géneros de angiospermas Neobaclea (Malvaceae); Ben-
thamiella y Pantacantha ameghinoi (Solanaceae, Fig. 133); y Duseniella y Lepidophyllum
(Asteraceae) (Roig, 1998; Bonifacino, 2009). Posee numerosos artrópodos endémicos
(Morrone, 2015b); se destaca la presencia de las especies de arañas Mygalomorphae
Chaco patagonica (Nemesiidae); Acanthogonatus confusus, A. notatus, A. patagonicus y
A. fuegianus (Pycnothelidae); Scotinoecus fasciatus (Hexathelidae); y Euathlus sagei y
156 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 133. Pantacantha ameghinoi (Solanaceae), género endémico de la región Andina. Fotografía: gentileza
Aníbal Prina.
Fig. 134. Distrito del Chubut, provincia Patagónica, aspecto de la estepa arbustiva, proximidades de Nahuel-Pan,
Chubut, Argentina. Fotografía: Antonia Oggero.
Fig. 135. Distrito del Chubut, provincia Patagónica, aspecto de la estepa arbustiva densa, proximidades de
Nahuel-Pan, Chubut, Argentina. Fotografía: Antonia Oggero.
Fig. 136. Distrito de Santa Cruz, provincia Patagónica, aspecto de la vegetación, proximidades de las Sierras San
Bernardo, Departamento Sarmiento, Chubut, Argentina. Fotografía: Nelson Ferretti.
Ocupa la mayor parte del territorio de la subprovincia, entre 47° S y 51°S, limita
al este con el océano Atlántico y al oeste con los Andes; es el distrito que posee
la mayor aridez de la subprovincia. La vegetación consiste en una estepa abierta
(Fig. 136) donde pueden predominar plantas en cojín bajas con matas aisladas de
Poaceae (Fig. 137). Las comunidades dominantes consisten en matorral de Mul-
guraea tridens (Verbenaceae, Figs. 138 y 139) y Nassauvia glomerulosa (Asteraceae);
acompañadas de Acaena poeppigiana (Rosaceae), Austrocactus patagonicus (Cactaceae,
Fig. 140), Bolax gummifera (Apiaceae), Nassauvia darwinii (Asteraceae), y Festuca
pallescens, F. pyrogea y Pappostipa ibarii f. ibarii (Poaceae). En el límite con la provin-
cia del Bosque Valdiviano, particularmente en sectores de retracción glaciaria con
sustrato constituido por material suelto, existen unas comunidades en mosaico y
con vegetación dispersa, compuestas por ejemplares rastreros de Empetrum rubrum
(Ericaceae) y Ephedra chilensis (Ephedraceae). En el sector del Golfo San Jorge, que
se extiende por la costa atlántica desde Cabo Raso (44° S) hasta aproximadamente
Punta Casamayor (46° 52’ S), el relieve consiste en tierras bajas con una vegetación
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 161
Fig. 137 (arriba). Distrito de Santa Cruz, provincia Patagónica, aspecto de la vegetación con matas en cojín,
proximidades de Las Heras, Santa Cruz, Argentina. Fotografía: Nelson Ferretti.
Fig. 138 (abajo). Provincia Patagónica, matorrales de Mulguraea tridens (Verbenaceae), distrito de Santa Cruz.
Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
162 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 139. Mulguraea tridens (Verbenaceae), especie característica del distrito de Santa Cruz, provincia Patagó-
nica, detalle de la inflorescencia. Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
Fig. 140 (izquierda). Austrocactus patagonicus (Cactaceae), cactus típico de la estepa patagónica y abundante
en el distrito Santa Cruz, provincia Patagónica. Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 141 (derecha). Pterocactus hickenii (Cactaceae), especie endémica del distrito Santa Cruz, provincia Patagóni-
ca. Fotografía: gentileza Instituto Darwinion (http://www2.darwin.edu.ar/ImagenesIris/Pterocactus%20hickenii-
FB-2334-Foto%20FB%20(1).JPG).
Subprovincia Fueguina
Distrito Fueguino—Cabrera, 1971: 36; Cabrera & Willink, 1973: 95; Cabrera, 1976: 70; Morrone et
al., 2002: 4.
Zona de la Estepa (en parte)—Cekalovic, 1974: 308.
Provincia Fueguina (en parte)—Rivas-Martínez & Navarro, 1994: mapa.
Área de la Patagonia Austral—Roig-Juñent, 1994: 182.
Ecorregión de los Pastizales Patagónicos (en parte)—Dinerstein et al., 1995: 102.
Distrito Magallánico—León et al., 1998: 133.
Distrito de la Estepa Magallánica Húmeda de Festuca gracillima y Murtillares—Roig, 1998: 141.
Distrito de la Estepa Magallánica Xérica de Festuca gracillima—Roig, 1998: 141.
Provincia Patagónica Fueguina—Morrone, 1999: 16.
Subprovincia Fueguina—Hechem et al., 2015: 6; Morrone, 2018b: 150.
Subregión Tierra del Fuego e Islas del Atlántico Sur (en parte)—Matteucci, 2018i: 701.
Abarca desde el río Coyle en el sur de Santa Cruz hasta el norte de Tierra del Fuego,
hasta un poco más al sur de Río Grande, donde limita con la provincia del Bosque
Magallánico (Fig. 132). El clima es frío y húmedo, con una precipitación anual de
entre 300 y 450 mm. Comprende pastizales o coironales (Fig. 142), en los que pre-
domina Festuca gracillima (Poaceae), que forma matas de 30-40 cm de altura (Roig et
al., 1985). Esta especie está acompañada, en suelos más ácidos, de Empetrum rubrum
(Ericaceae), Gentianella magellanica (Gentianaceae) y Primula magellanica (Primula-
ceae). En suelos neutros predominan Chiliotrichum diffusum (Asteraceae); Berberis
microphylla (Berberidaceae); Ribes magellanicum subsp. parviflorum y R. magellanicum.
164 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 142. Subprovincia Fueguina, provincia Patagónica, proximidades de la Bahía de San Sebastián, Isla de Tierra
del Fuego, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Subprovincia de la Payunia
Distrito de la Payunia—Cabrera, 1971: 34, 1976: 66; Cabrera & Willink, 1973: 94; Morrone et al.,
2002: 2.
Provincia Mediterránea Andina—Rivas-Martínez & Navarro, 1994: mapa.
Distrito de la Payenia—Roig, 1998: 138.
Provincia de la Payunia—Morrone, 1999: 15.
Área de la Payunia—Flores & Roig-Juñent, 2001: 315.
Subprovincia de la Payunia—Hechem et al., 2015: 6; Morrone, 2018b: 150.
Subregión de La Payunia—Matteucci, 2018i: 624.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 165
Fig. 143. Aspecto de la subprovincia de la Payunia, provincia Patagónica, vista desde Auca Mahuida, Neuquén,
Argentina. Fotografía: gentileza Aníbal Prina.
Fig. 144. Subprovincia de la Payunia, provincia Patagónica, arbustal de Nassauvia axillaris (Asteraceae) con
Pappostipa speciosa (Poaceae). Parque Nacional Laguna Blanca, Neuquén, Argentina. Fotografía: gentileza
Daniel Testoni.
Fig. 145. Vegetación riparia en la subprovincia de la Payunia, provincia Patagónica, con Phragmites australis y
Cortaderia speciosa (Poaceae), Pozos de Carapacho, parque provincial Laguna Llancanello, Mendoza, Argentina.
Fotografía: Marcelo Arana.
Se localiza en el sur de Mendoza (Fig. 132), sobre suelos basálticos cubiertos por
arenas eólicas, entre 1400-2700 m snm. Posee un clima árido y frío, con una preci-
pitación promedio anual de 220 mm y una temperatura media anual mínima pro-
medio de -2 °C y máxima de 19,5° C. La vegetación consiste en una estepa arbustiva
alternada con pastizales (Fig. 146), donde también aparecen sectores de vegetación
halófila (Fig. 147), con predominio de Heterostachys ritteriana (Amaranthaceae) y
Frankenia juniperoides (Frankeniaceae). En los matorrales dominan Schinus roigii y
S. odonellii (Anacardiaceae), Atriplex lampa (Amaranthaceae), Anarthrophyllum rigidum
(Fabaceae), Neosparton aphyllum (Verbenaceae), y Chuquiraga erinacea y Grindelia
chiloensis (Asteraceae), acompañadas por Prosopis castellanosii y Prosopidastrum glo-
bosum (Fabaceae), Denmoza rodacantha (Cactaceae) y Argylia robusta (Bignoniaceae);
en los pastizales predominan Pappostipa speciosa var. manclequensis, P. malalhuensis,
Poa lanuginosa, Sporobolus mendocinus y S. rigens (Poaceae) (Arana et al., 2011). Se
lo puede caracterizar por la presencia de las especies endémicas Atriplex boecheri
168 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 146. Distrito de la Payunia Septentrional, provincia Patagónica, vegetación arbustiva con Chuquiraga eri-
nacea (Asteraceae), Atriplex lampa (Amaranthaceae) y Sporobolus rigens (Poaceae), proximidades de la laguna
Llancanello, Mendoza, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 147. Distrito de la Payunia Septentrional, provincia Patagónica, vegetación halófila con predominio de
Heterostachys ritteriana (Amaranthaceae) y Frankenia juniperoides (Frankeniaceae), proximidades de la laguna
Llancanello, Mendoza, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 169
Fig. 148. Atriplex boecheri (Amaranthaceae), especie endémica del distrito de la Payunia
Septentrional, provincia Patagónica, proximidades de la laguna Llancanello, Mendoza, Ar-
gentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 149. Oxalis chachahuensis (Oxalidaceae), especie endémica del distrito de la Payunia
Septentrional, provincia Patagónica, Sierras Chachahuén, Mendoza, Argentina. Fotografía:
gentileza Aníbal Prina.
170 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 150. Distrito de la Payunia Austral, provincia Patagónica, aspecto de la vegetación, Volcán Tromen, Neuquén,
Argentina. Fotografía: gentileza Aníbal Prina.
Fig. 154 (arriba). Distrito de la Payunia Austral, provincia Patagónica, Viola columnaris (Violaceae), cumbre de
volcanes, Parque Nacional Laguna Blanca, Neuquén, Argentina. Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
Fig. 155 (abajo, izquierda). Senecio comberi (Asteraceae), especie endémica del distrito de la Payunia Austral,
provincia Patagónica. Parque Nacional Laguna Blanca, Neuquén, Argentina. Fotografía: gentileza Daniel Tes-
toni.
Fig. 156 (abajo, derecha). Atelognathus patagonicus (Batrachylidae), especie endémica del distrito de la Pa-
yunia Austral, provincia Patagónica, Parque Nacional Laguna Blanca, Neuquén, Argentina. Fotografía: gentileza
Daniel Testoni.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 173
agua debido a su estrato arcilloso, que en ciertos sectores forman lagunas endorreicas
que concentran gran diversidad de anfibios y aves, y en donde la especie dominante
sumergida es Myriophyllum quitense (Halogaraceae, Fig. 153). En los sectores más
altos, a partir de los 1600 m snm, aparece Viola columnaris (Violaceae, Fig. 154). En-
tre los endemismos que caracterizan a este distrito encontramos Adesmia boelckeana
(Fabaceae); Austrocactus longicarpus, Pterocactus neuquensis (Cactaceae); Aylacophora
deserticola y Senecio comberi (Asteraceae, Fig. 155); Pappostipa zulmae (Poaceae); Pi-
cunchenops (Triaenonychidae); Platesthes neuquensis (Tenebrionidae); Athlia parvicollis
y Neogutierrezia bicolor (Scarabaeidae); Atelognathus patagonicus (Batrachylidae, Fig.
156); y Liolaemus punmahuida (Liolaemidae).
Subprovincia Subandina
Distrito Subandino—Soriano, 1950: 33; Cabrera, 1976: 69.
Región de la Cordillera de Aysén—Peña, 1966a: 15.
Distrito Patagónico Subandino—Cabrera, 1971: 35; Cabrera & Willink, 1973: 95.
Zona de la Estepa (en parte)—Cekalovic, 1974: 308.
Provincia Patagónica Subandina—Morrone, 1999: 15.
Subprovincia Subandina—Hechem et al., 2015: 6; Morrone, 2018b: 152.
Subregión Subandina—Matteucci, 2018i: 634.
Se ubica en los Andes australes, formando una angosta franja al sur de los 51° S en
Neuquén, ensanchándose hacia el sur hasta Santa Cruz (Cabrera & Willink, 1973;
Morrone, 2001c). Esta subprovincia representa el límite de la provincia con la su-
bregión Subantártica. Su vegetación está caracterizada como de estepa graminosa
arbustiva (Cabrera & Willink, 1973), encontrándose como especies dominantes a
Bromus macranthus, Festuca pallescens, Poa lanuginosa var. neuquina y P. lanuginosa var.
patagonica (Poaceae); Sarcocornia neei (Amaranthaceae); Plantago maritima (Plantagi-
naceae); y Senecio patagonicus (Asteraceae) (Cabrera, 1971, 1976; Cabrera & Willink,
1973). León et al. (1998) caracterizaron a la estepa dominada por Festuca pallescens
(Poaceae) y Lathyrus magellanicus (Fabaceae), con otras especies acompañantes como
las Poaceae Avenella flexuosa, Deschampsia antarctica, Elymus patagonicus, Festuca ma-
gellanica, F. pyrogea, Phleum alpinum y Rytidosperma virescens. Esta subprovincia se
caracteriza por los taxones endémicos Anomophthalmus insolitus (Morrone, 1998) y
Cylydrorhinus costatus (Curculionidae).
Fig. 157. Distrito de la Patagonia Subandina Meridional, provincia Patagónica, aspecto de la vegetación, Santa
Cruz, Argentina. Fotografía: Evangelina Natale.
Fig. 158. Distrito Altoandino Austral, provincia Patagónica, aspecto de la vegetación, arbustal con Senecio su-
bumbellatus (Asteraceae), proximidades del Parque Nacional Laguna Blanca, Neuquén, Argentina. Fotografía:
gentileza Daniel Testoni.
cies de este último predominan en los lugares con condicionas más adversas (Fig.
158). Se encuentran también plantas en cojín, con estructuras subterráneas bien
desarrolladas. Este distrito se caracteriza (Padró et al., 2020) por las especies Austro-
blechnum microphyllum (Blechnaceae, Fig. 159); Arenaria serpens (Caryophyllaceae);
Noccaea magellanica (Brassicaceae, Fig. 160); Viola cotyledon (Violaceae); Montiopsis
polycarpoides (Montiaceae); Combera paradoxa (Solanaceae); Moschopsis subandina y
Nastanthus scapigerus (Calyceraceae); Chaetanthera villosa, Erigeron schnackii, Senecio
pachyphyllos y S. subumbellatus (Asteraceae); y Trisetum barbinode (Poaceae). Entre
los taxones endémicos, de acuerdo con Padró (2017), encontramos a Astragalus ni-
vicola y A. patagonicus (Fabaceae); Discaria nana (Rhamnaceae); Gamocarpha alpina
(Calyceraceae); Noccaea magellanica (Brassicaceae, Fig. 160); Senecio pachyphyllos y
S. portalesianus (Asteraceae); y Rytidosperma picta (Poaceae).
176 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 159. Austroblechnum microphyllum (Blechnaceae), especie característica del distrito Altoandino Austral,
provincia Patagónica. Fotografía: gentileza Luján Luna.
Fig. 160. Noccaea magellanica (Brassicaceae), especie endémica del distrito Altoandino Austral, provincia Pa-
tagónica. Fotografía: gentileza Anibal Prina.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 177
Fig. 161. Subprovincia Patagónica Occidental, provincia Patagónica, estepa de Pappostipa speciosa (Poaceae),
Parque Nacional Laguna Blanca, Neuquén, Argentina. Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
Fig. 162 (arriba). Subprovincia Patagónica Occidental, provincia Patagónica, arbustal de Azorella prolifera
(Apiaceae), Grindelia anethifolia, Nassauvia axillaris, Senecio filaginoides (Asteraceae) y Pappostipa speciosa
(Poaceae), Parque Nacional Laguna Blanca, Neuquén, Argentina. Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
Fig. 163 (abajo). Subprovincia Patagónica Occidental, provincia Patagónica, estepa baja de Nardophyllum br-
yoides (Asteraceae) y Festuca pallescens (Poaceae), meseta del lago Buenos Aires, Santa Cruz, Argentina. Fo-
tografía: gentileza Daniel Testoni.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 179
Estrecha franja en el sector oeste, mejor representado, aunque con áreas disyuntas
desde el suroeste de la provincia de Chubut hasta el oeste central de Santa Cruz,
superponiéndose parcialmente en el norte con el distrito de la Patagonia Subandina
Septentrional, donde alcanza hasta Neuquén en forma de sectores disyuntos peque-
ños. Comprende tierras bajas, con una precipitación promedio anual entre 200 y
600 mm. La vegetación se caracteriza por ser estepas representadas mayormente por
Festuca pallescens, Pappostipa speciosa (Fig. 161), P. humilis, Poa ligularis y P. lanuginosa
(Poaceae), acompañadas por Rytidosperma pictum (Poaceae), Lathyrus magellanicus (Fa-
baceae) y arbustos dispersos de las especies Ephedra chilensis (Ephedraceae), Adesmia
volckmannii (Fabaceae), Berberis microphylla (Berberidaceae), Tetraglochin alata var.
ameghinoi (Rosaceae), Azorella prolifera (Apiaceae), y Grindelia anethifolia, Nassauvia
glomerulosa, N. axillaris, Senecio filaginoides y S. sericeonitens (Asteraceae) (Fig. 162).
En algunos sectores predominan Anarthrophyllum rigidum (Fabaceae), Mulguraea
ligustrina (Verbenaceae) y Corynabutilon bicolor (Fabaceae) (León et al., 1998), y en
los alrededores del lago Buenos Aires se encuentran estepas bajas de Nardophyllum
bryoides (Asteraceae) y Festuca pallescens (Poaceae) (Fig. 163). Los taxones endémicos
que caracterizan a esta subprovincia son Heliotropium pinnatisectum (Boraginaceae,
Fig. 164); Senecio sandwithii (Asteraceae); Barypus gentilii, B. neuquensis, Cnemalobus
gentilii y C. neuquensis (Carabidae); y Asidelia contracta, Nyctelia hayekae y N. wittmeri
(Tenebrionidae) (Roig-Juñent, 1994; Domínguez et al., 2006; Hechem et al., 2015).
Fig. 164. Heliotropium pinnatisectum (Boraginaceae), especie endémica de la subprovincia Patagónica Occi-
dental, provincia Patagónica, Argentina. Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
180 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 166. Distrito del Pehuén, provincia del Maule, bosque transicional templado, Lago Curruhe, Junín de los
Andes, Neuquén, Argentina. Fotografía: gentileza Rodrigo Torres.
Fig. 167. Distrito del Pehuén, provincia del Maule, bosque de Araucaria araucana (Araucariaceae), Pino Hachado,
Neuquén, Argentina. Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
Fig. 168. Provincia del Maule, distrito del Pehuén, bosques puros de Araucaria araucana (Araucariaceae), Pino
Hachado, Neuquén, Argentina. Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
En la Argentina su área es muy reducida (Fig. 169), corresponde a una faja estrecha
y discontinua, inmediata al límite con Chile, en Neuquén, Río Negro, Chubut y un
pequeño sector en Santa Cruz (Ringuelet, 1955b). Se caracteriza por bosques húme-
dos, con una temperatura media anual entre 8 y 12° C, superando la precipitación
anual los 4000 mm en algunos lugares. La especie característica es Nothofagus dombeyi
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 185
Fig. 170. Provincia del Bosque Valdiviano, distrito Valdiviano, bosque perennifolio en proximidades del lago
Futalaufquen, Chubut, Argentina. Fotografía: gentileza Luján Luna.
Fig. 171. Misodendrum punctulatum (Misodendraceae), elemento típico de la provincia del Bosque Valdiviano.
Fotografía: gentileza Luján Luna.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 187
Distrito Valdiviano
Zona Valdiviana—Artigas, 1975: mapa.
Subdistrito del Bosque de Austrocedrus chilensis—Roig, 1998: 141.
Distrito Valdiviano—Morrone, 2015b: 216, 2018b: 85.
Caracterizado por los bosques perennifolios templados (Fig. 172) de Nothofagus dom-
beyi (Nothofagaceae), Fitzroya cupressoides y Podocarpus nubigenus (Podocarpaceae);
acompañados de Asplenium dareoides (Aspleniaceae), Blechnum hastatum (Blechna-
188 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 172. Distrito Valdiviano, provincia del Bosque Valdiviano, bosque perennifolio, costas del río Azul, en proxi-
midades de El Bolsón, Neuquén, Argentina. Fotografía: gentileza Rodrigo Torres.
Se ubica en el oeste de Santa Cruz y mitad sur de Tierra del Fuego (Fig. 173). Cons-
tituida por bosques xéricos, ubicados en sectores más fríos y secos que el bosque
190 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 174. Provincia del Bosque Magallánico, aspecto de la vegetación con bosques de Nothofagus (Nothofa-
gaceae) en las laderas y turbera de Sphagnum magellanicum (Sphagnaceae) en los valles. Ushuaia, Tierra del
Fuego e islas del Atlántico Sur, Argentina. Fotografía: gentileza Luján Luna.
valdiviano, con temperaturas entre 6°C en el norte y 3°C en el sur, con una precipi-
tación media anual que decrece de 4000 mm en el oeste hasta 700 mm al este (Brion
& Ezcurra, 2017). Estos bosques se desarrollan sobre las laderas de las montañas
hasta los 650 m s.n.m. aproximadamente, y en los valles suelen existir turberas (Fig.
174), que constituyen humedales, en general de origen glaciar, que se produce por
la acumulación de materia orgánica en cuencas lacustres en condiciones de anoxia,
saturación de agua y escasa disponibilidad de nutrientes. Ocupan los fondos de
valles emplazados entre los Andes Fueguinos y representan antiguas lagunas for-
madas a partir del retroceso de glaciares, cuyo lecho fue llenado de arcillas y otros
sedimentos, las formadas por Sphagnum magellanicum (Sphagnaceae) se caracterizan
por su coloración rojiza (Fig. 175). Los bosques poseen como especies principales a
Nothofagus betuloides (Cabrera & Willink, 1973; Dinerstein et al., 1995), de follaje pe-
renne (Figs. 176 y 177), N. pumilio y N. antarctica (Nothofagaceae), de follaje caduco,
acompañadas por Drimys winteri (Winteraceae), Embothrium coccineum (Proteaceae) y
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 191
Fig. 175 (arriba). Provincia del Bosque Magallánico, turbera de Sphagnum magellanicum (Sphagnaceae), Us-
huaia, Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur, Argentina. Fotografía: gentileza Luján Luna.
Fig. 176 (abajo). Provincia del Bosque Magallánico, bosque de Nothofagus betuloides (Nothofagaceae), Ushuaia,
Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur, Argentina. Fotografía: gentileza Luján Luna.
192 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 177. Nothofagus betuloides (Nothofagaceae), especie típica de la provincia del Bosque Magallánico.
Fotografía: Marcelo Arana.
Archipiélago argentino de las islas Malvinas y Georgias del Sur (Fig. 178), situadas
en el Océano Atlántico Sur, a unos 550 km de Tierra del Fuego (Ringuelet, 1955c;
Moore, 1968; Cabrera & Willink, 1973; Morrone, 2000b). El archipiélago de las Mal-
vinas está formado por algo más de 230 islas, destacando dos islas principales: Gran
Malvina al oeste, con una superficie de 4377 km²; y Soledad al este, con 6353 km².
De las pequeñas islas e islotes satélites, la más aislada es la pequeña isla Beauchene, a
unos 55 km al sur de la punta del Toro o de la Marsopa, en el extremo meridional de
la isla Soledad. Algunos de esos grupos satélites conforman verdaderos archipiélagos,
tales como los de las islas Sebaldinas al noroeste de Gran Malvina (Moore, 1968;
Robinson, 1984). Las Malvinas poseen un terreno rocoso de rocas provenientes del
nesocratón del Deseado, cubierto de pastos y musgos, medianamente montañoso,
con peñascos y planicies onduladas (Fig. 179). Poseen un clima oceánico subantárti-
co. La temperatura máxima promedio en enero es de 12.8 °C, mientras que en julio
Fig. 179. Provincia de las Islas Malvinas, aspecto de la vegetación y relieve, Isla Gran Malvina, Tierra del Fuego,
Antártida e islas del Atlántico Sur, Argentina. Fotografía: gentileza Norma Vischi.
es de cerca de 3.9 °C. Más de la mitad del año los días son lluviosos, la precipitación
media anual es de 574 mm, pero la isla Soledad es generalmente más húmeda que
la Gran Malvina (Broughton & McAdam, 2005). Las islas están cubiertas en gran
medida de pastizales, estepas y tundra (Cabrera & Willink, 1973; Dinerstein et al.,
1995), con arbustos que en ciertos puntos alcanza los 2 m de altura. En los páramos
se encuentran brezales y musgos que llegan a formar turberas y en sectores húmedos
se encuentran colonias numerosas de helechos, en especial de Lomariocycas magella-
nica (Fig. 180) y Austroblechnum penna-marina (Blechnaceae).
Entre las especies dominantes de plantas se encuentran Acaena magellanica y
A. antarctica (Rosaceae); Astelia pumila (Asteliaceae); Caltha appendiculata (Ranun-
culaceae); Gaimardia australis (Restionaceae); Empetrum rubrum y Gaultheria pumila
(Ericaceae); Lobelia oligophylla (Campanulaceae); Veronica elliptica (Plantaginaceae);
Azorella lycopodioides, A. selago y Bolax gummifera (Apiaceae); Abrotanella emarginata,
Baccharis magellanica, Senecio candicans, S. littoralis y S. vaginata (Asteraceae); Juncus
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 195
Fig. 180. Provincia de las Islas Malvinas, distrito de las Islas Malvinas, Lomariocycas magellanica (Blechnaceae),
sectores húmedos de los valles, Isla Gran Malvina, Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico Sur, Argentina.
Fotografía: gentileza Norma Vischi.
Corresponde a las dos islas principales y los islotes que las rodean. La vegetación en
general está compuesta por pastizales dominados por Cortaderia egmontiana (Poaceae)
en el interior de las islas (Fig. 181) y por Poa flabellata (Poaceae) en la zona coste-
ra, por debajo de los 300 m snm. Estos pastizales costeros, denominados tussoks,
pueden alcanzar una altura de 3 m, con una base fibrosa de hasta 2 m de altura con
un diámetro de 1,5 m, coronados por una capa de hojas verdes que se entrelazan
con las plantas adyacentes, impidiendo el crecimiento de otras especies vegetales,
salvo Carex trifida (Cyperaceae). En las zonas rocosas abundan arbustos enanos de
Empetrum rubrum (Ericaceae), acompañado de Baccharis magellanica (Asteraceae)
y Bolax gummifera (Apiaceae, Moore, 1968), asociados a los helechos Lomariocycas
magellanica (Fig. 180) y Austroblechnum penna-marina (Blechnaceae). Los taxones de
plantas vasculares endémicos de este distrito (Zuloaga et al., 2019), además de los
mencionados para la provincia son Polystichum mohrioides (Dryopteridaceae); Calceo-
laria fothergillii (Calceolariaceae); Hamadryas argentea (Ranunculaceae); Phlebolobium
maclovianum (Brassicaceae); Plantago moorei (Plantaginaceae); Gamocarpha falklandica
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 197
Fig. 181. Provincia de las Islas Malvinas, distrito de las Islas Malvinas, pastizales dominados por Cortaderia eg-
montiana (Poaceae) en el interior de las islas, Isla Gran Malvina, Tierra del Fuego, Antártida e islas del Atlántico
Sur, Argentina. Fotografía: gentileza Norma Vischi.
Corresponde las Islas Georgias del sur, al este de las Malvinas (Gressitt, 1970). Po-
seen un clima con escasas precipitaciones, generalmente en forma de nieve, y por
tener unas temperaturas medias muy bajas. El relieve es montañoso con escasas
llanuras, las cuales presentan una vegetación graminosa esteparia, donde predomina
Poa flabellata (Poaceae). Se caracteriza por los taxones endémicos Ainudrilus dartnalli
(Tubificidae; Erséus & Grimm, 2002), Notiomaso grytivenkis (Linyphiidae, Lavery,
2017), Anas georgica georgica (Anatidae) y Anthus antarcticus (Motacillidae).
198 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Representada en el territorio
argentino en la Isla de los Es-
tados (Fig. 182) e islas menores
circundantes, fisonómicamen-
te está constituida por páramos
y turberas donde la vegetación
dominante son arbustos enanos
postrados y plantas en cojín (Fig.
183), entremezcladas con pastiza-
les rígidos (Fig. 184), donde pre-
dominan Anthoxanthum redolens y
Poa flabellata (Poaceae), pantanos
con presencia de Marsipposper- Fig. 182. Mapa de la provincia del Páramo Magallánico en
Argentina.
mum grandiflorum (Juncaceae) y
bosques siempreverdes de Notho-
fagus betuloides (Nothofagaceae) que crecen en la forma típica recostada denominada
localmente “en bandera” debido a los fuertes vientos (Figs. 185 y 186), que carac-
terizan las áreas donde se ubica esta provincia. En los sectores más húmedos como
pequeños valles y quebradas abunda Senecio smithii (Asteraceae, Fig. 187). Luebert
& Pliscoff (2006) caracterizaron la vegetación por la dominancia de Astelia pumila
(Asteliaceae, Fig. 188) y Donatia fascicularis (Stylidaceae); con especies acompañantes
como Pilgerodendron uviferum (Cupressaceae), Nothofagus betuloides (Nothofagaceae),
Acaena pumila (Rosaceae), Caltha dioneifolia (Ranunculaceae), Drosera uniflora (Dro-
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 199
Fig. 183. Provincia del Páramo Magallánico, plantas en cojín de Azorella filamentosa (Apiaceae), Isla de los
Estados. Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
Fig. 184. Provincia del Páramo Magallánico, aspecto de la vegetación, Isla de los Estados, Tierra del Fuego,
Antártida e Islas del Atlántico Sur, Argentina. Fotografía: Marcelo Arana.
200 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 185 (arriba). Provincia del Páramo Magallánico, pradera de Anthoxanthum redolens (Poaceae) y Marsi-
ppospermum grandiflorum (Juncaceae), y bosque “en bandera” de Nothofagus betuloides (Nothofagaceae),
Bahia Franklin, Isla de los Estados, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Argentina. Fotografía:
gentileza Daniel Testoni.
Fig. 186 (abajo). Provincia del Páramo Magallánico, pradera de Marsippospermum grandiflorum (Juncaceae),
en primer plano un ejemplar de Phalcoboenus australis (Falconidae), en el fondo Nothofagus betuloides (No-
thofagaceae), Bahia Franklin, Isla de los Estados, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Argentina.
Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 201
Fig. 187. Senecio smithii, especie abundante en los valles y quebradas en la Isla de los Estados, provincia del
Páramo Magallánico, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Argentina. Fotografía: gentileza Daniel
Testoni.
Figura 188. Astelia pumila (Asteliaceae), especie típica de las turberas de la provincia
del Páramo Magallánico. Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
202 Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021)
Fig. 189 (arriba). Drosera uniflora (Droseraceae) acompañada de Caltha dioneifolia (Ranunculaceae), especies
características de las turberas de la provincia del Páramo Magallánico. Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
Fig. 190 (abajo). Pingüinera de Eudyptes chrysocome chrysocome (Spheniscidae) sobre pradera de Anthoxan-
thum redolens (Poaceae) en la provincia del Páramo Magallánico, Isla de los Estados, Tierra del Fuego, Antártida
e Islas del Atlántico Sur, Argentina. Fotografía: gentileza Daniel Testoni.
Opera Lilloana 56: Esquema biogeográfico de la República Argentina (2021) 203
CONSIDERACIONES FINALES
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